Por Kathya Santoyo
AVEVA impulsa la transición energética desde el software industrial, con un enfoque centrado en reducir su huella de carbono y maximizar el impacto positivo de sus soluciones. La eficiencia energética, el diseño sostenible y la inteligencia artificial aplicada son pilares clave para avanzar hacia operaciones más limpias en sectores intensivos.
En el contexto de una creciente presión global por descarbonizar las economías, las compañías tecnológicas enfrentan el desafío y la oportunidad de acelerar los cambios estructurales hacia modelos sostenibles. En exclusiva para Global Energy, Lisa Wee, SVP y Chief Sustainability Officer de AVEVA, explicó cómo la firma británica especializada en software industrial está abordando este compromiso desde dos frentes: la responsabilidad interna y el impacto positivo a través de sus productos.
“En AVEVA pensamos en la sostenibilidad desde dos principales lentes. Primero, cómo lideramos con el ejemplo en la forma en la que operamos y los objetivos que nos trazamos como empresa. Segundo, cómo nuestros productos ayudan a nuestros clientes”. Bajo esta lógica, la compañía trabaja tanto en reducir su huella ambiental como en maximizar lo que denomina su sustainability handprint, es decir, el impacto positivo que sus herramientas tienen en la reducción de emisiones de sus usuarios.
AVEVA, al ser una empresa 100% de software, reconoce que su punto de partida le otorga cierta ventaja frente a sectores más intensivos en emisiones como la minería o la energía. Sin embargo, eso no ha limitado su ambición. “Hemos logrado una reducción de más del 90% en nuestras propias emisiones de alcance 1 y 2, comparadas con una línea base de 2018”, detalló Wee. Esta cifra refleja el avance en la descarbonización de sus operaciones directas, aunque el reto continúa en su cadena de valor.
“Todavía tenemos nuestras emisiones de cadena de valor, que incluyen desde nuestra cadena de suministro hasta las emisiones generadas cuando nuestros clientes operan nuestro software”, agregó. Parte del enfoque actual de AVEVA radica en desarrollar productos menos intensivos energéticamente desde el diseño. Para ello, colabora con organizaciones como la Green Software Foundation en la creación de criterios de madurez que guían el diseño sostenible del software.
“Ya empezamos a aplicar estos principios en todos nuestros productos. Entendemos cuál es su intensidad energética y trabajamos con los equipos para reducirla con el tiempo”, dijo.
Esta evolución es parte de un camino a largo plazo cuyo objetivo es ofrecer software cada vez más eficiente sin comprometer el crecimiento del negocio. “Queremos seguir vendiendo productos y hacer crecer nuestro negocio, pero debemos desvincular eso de nuestra huella de carbono”.
Datos como cimiento de la inteligencia artificial
La tecnología juega un papel central en este esfuerzo. Wee advierte, sin embargo, que para que herramientas como la inteligencia artificial (IA) generen resultados reales en sostenibilidad, primero deben estar cubiertos los fundamentos:
“Solo el 30% de las industrias han digitalizado sus operaciones a gran escala con éxito. Se necesita tener los datos fundamentales en su lugar antes de poder aprovechar la inteligencia artificial”.
Para AVEVA, la clave está en no usar IA por moda, sino como solución adecuada a problemas específicos. “Tiene el potencial de impulsar tanto los objetivos de sostenibilidad como los de productividad, pero solo si tienes una base sólida y claridad sobre qué significa el éxito”.
En contraposición a la idea común de que ser más sostenible implica mayores costos, Wee destaca el papel de la eficiencia energética como motor clave de la transición. “La energía más limpia es la que no se usa”, afirmó. Y considera que para cumplir con las metas climáticas hacia 2030, será necesario “duplicar la eficiencia y triplicar la capacidad de energías renovables”.
Asimismo, ante la pregunta sobre el futuro de las industrias que aún no han digitalizado sus operaciones, Lisa Wee señaló las oportunidades latentes.
“Las compañías que aún no han dado ese paso están perdiendo oportunidades tanto económicas como de sostenibilidad. La clave está en comenzar por entender los datos, establecer objetivos claros y usar las herramientas tecnológicas adecuadas para resolver problemas reales”.
Centros de datos: El frente oculto de la digitalización
Lisa Wee abordó también uno de los temas más críticos en la conversación actual sobre transformación digital: el consumo energético de la inteligencia artificial (IA) y su impacto en las operaciones industriales.
La experta subrayó que, si bien la huella energética de la IA todavía representa una fracción del consumo total, su crecimiento exponencial obliga a establecer estrategias de mitigación desde ahora. En este sentido, AVEVA ha integrado criterios de sostenibilidad en todas las etapas del ciclo de desarrollo de sus soluciones, incluidas aquellas que incorporan IA.
“Cada uno de nuestros productos es evaluado con una perspectiva de sostenibilidad. Esto aplica especialmente en el desarrollo de soluciones con capacidades de inteligencia artificial”, explicó. Durante la conversación, Wee explicó que es importante distinguir entre los distintos tipos de IA.
“No todo es IA generativa, que es la más intensiva en cómputo y energía. En la industria aún usamos otras formas de IA, como algoritmos de aprendizaje automático o tecnologías de detección de patrones, cuyo consumo energético puede ser tan bajo como el de una hoja de cálculo convencional”.
Para ilustrar lo anterior, compartió casos donde la IA ha contribuido a mejorar la eficiencia energética. “En soluciones para captura y almacenamiento de carbono, hemos utilizado modelos híbridos (gray box) impulsados por IA que resultan más eficientes que los modelos físicos tradicionales”, comentó.
Frente a la creciente demanda de eficiencia en centros de datos, AVEVA ha actualizado sus plantillas tecnológicas para incorporar indicadores clave de rendimiento (KPIs) vinculados a sostenibilidad. Estos incluyen métricas como intensidad energética, gestión del recurso hídrico y Power Usage Effectiveness (PUE), este último un estándar en la evaluación de eficiencia energética en data centers.
“Estamos viendo un aumento sostenido en la adopción de nuestras herramientas por parte de operadores de centros de datos. Esta tendencia refleja un cambio estructural en el diseño de infraestructura digital: los centros de datos diseñados específicamente para soportar cargas de IA deben ser intrínsecamente más eficientes”, apuntó Wee.
La especialista concluyó que los centros de datos del futuro deberán ser diseñados con la IA en mente, priorizando la eficiencia. “Este es uno de esos grandes ejemplos donde debemos hacer más con menos desde ahora”, finalizó.