New Fortress Energy (NFE) iniciará la construcción en tierra de su segunda planta de gas natural licuado (GNL) en el puerto de Altamira, México, a mediados de 2025. El proyecto, con una inversión de 1,100 millones de dólares, se desarrolla en asociación con la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
La compañía convertirá una terminal de importación construida por Shell en una terminal de exportación de GNL. La capacidad de esta nueva instalación, denominada FLNG2, será similar a la de FLNG1, que opera en altamar.
El director financiero de NFE, Christopher Guinta, informó en una llamada de resultados que la empresa trabaja en estrecha colaboración con CFE para avanzar en el proceso y proporcionar actualizaciones conforme se reciban los permisos correspondientes.
En el ámbito financiero, Guinta adquirió recientemente 5,000 acciones de la empresa por un total de 42,850 dólares, a un precio unitario de 8.57 dólares. La compra se realizó mientras la acción de NFE cotiza cerca de su mínimo de 52 semanas, tras haber caído más del 70% en el último año.
A pesar de una pérdida neta de 240 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2024, la empresa superó las expectativas del mercado al reportar ingresos por 679 millones de dólares, por encima de los 547.7 millones estimados, y un beneficio por acción de 0.13 dólares frente a los 0.06 dólares previstos.
Además, NFE aseguró un acuerdo de crédito por 1,270 millones de dólares para respaldar sus proyectos en curso y necesidades corporativas, con vencimiento en octubre de 2028. Analistas de Stifel ajustaron su precio objetivo para la acción de 23 a 19 dólares, pero mantuvieron su recomendación de compra, destacando oportunidades de crecimiento en Puerto Rico y Brasil, así como el impacto positivo que se espera de FLNG2 en el flujo de caja de la compañía. Sin embargo, advirtieron sobre riesgos en la ejecución de estos planes.