El gobierno de México ha puesto en marcha una estrategia integral para combatir el contrabando de combustible, conocido como huachicol fiscal. La Secretaría de Energía (Sener) lidera el esfuerzo administrativo, implementando un sistema de trazabilidad del origen de los combustibles, desde la importación hasta la venta al público.
“Sener coordina toda la parte administrativa porque ellos tienen la atribución de esta nueva forma de trazabilidad”, explicó la presidenta Claudia Sheinbaum. La nueva estructura busca cerrar lagunas regulatorias y centralizar el control que anteriormente estaba fragmentado entre diversas instituciones.
La estrategia tiene dos ejes: uno administrativo y otro enfocado en inteligencia e investigaciones, encabezado por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y respaldado por la Fiscalía General de la República (FGR) y las fuerzas armadas. Estas acciones ya han derivado en la inhabilitación de buques y depósitos ilegales, además de la detección de perforaciones en ductos.
Además, el gobierno mexicano coordina esfuerzos con Estados Unidos en la importación de petróleo y derivados, como parte de una serie de acuerdos binacionales. Este enfoque se enmarca dentro de la reforma energética de 2025, que prioriza la participación de Pemex y CFE, redefiniendo el papel de las empresas privadas en el sector.
“En el momento que sea prudente, de las investigaciones se dará toda la información”, afirmó la mandataria, sin especificar una fecha para futuras revelaciones.