El Banco Mundial (BM) anunció un giro en su política energética al confirmar que apoyará proyectos de producción de energía nuclear por primera vez en décadas. La decisión, impulsada por la creciente demanda de electricidad en países en desarrollo, marca un cambio significativo en la estrategia de financiamiento de la institución.
En un comunicado interno, el presidente del BM, Ajay Banga, destacó que la entidad trabajará en conjunto con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) para garantizar salvaguardias de no proliferación, asegurando que los proyectos se alineen con las regulaciones internacionales. «Apoyaremos los esfuerzos para ampliar la vida útil de los reactores existentes y ayudaremos a mejorar la red e infraestructura energética», explicó.
La inversión en generación de energía, redes y almacenamiento deberá incrementarse significativamente, pasando de 280,000 millones de dólares a 630,000 millones para garantizar la estabilidad del suministro. Además, el banco buscará acelerar el desarrollo del potencial de los pequeños reactores modulares, considerados una alternativa viable para más países en el futuro.
El cambio en la política del BM responde en parte a la presión de Estados Unidos, su principal accionista, que ha abogado por la inclusión de la energía nuclear en los planes de financiamiento. Sin embargo, el debate sobre la producción de gas y otras fuentes fósiles sigue pendiente dentro del consejo de administración.
El secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, afirmó que el banco debería centrarse en «tecnologías fiables», evitando objetivos que puedan distorsionar la financiación climática. Esto podría abrir la puerta a nuevas inversiones en infraestructura energética basada en gas.
El Banco Mundial continuará financiando la reconversión y cierre de centrales de carbón, mientras impulsa una política energética flexible que permita a los países elegir el modelo que mejor se adapte a sus ambiciones de desarrollo.