Un estudio publicado por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), señala que la producción de energía eléctrica con base en sistemas fotovoltaicos tiene un futuro promisorio en México gracias al desarrollo científico y tecnológico a nivel mundial que permitirá el uso apropiado de la energía solar que tenemos a nuestra disposición de forma casi permanente o al menos por miles de años.
Según el Cinvestav, en solo un año se capta más energía de la radiación solar que toda la contenida en los recursos no renovables como petróleo, gas, carbón, uranio, entre otros, en la superficie terrestre.
De acuerdo con el estudio, actualmente el costo de cada vatio producido por los módulos fotovoltaicos, con celdas de silicio, es del orden de medio dólar e instalado —en una planta— es del orden de un dólar por cada vatio pico. La ciencia, la tecnología y el crecimiento del mercado mismo han permitido que este costo se reduzca desde cerca de cien dólares, en los años 70 del siglo pasado, a medio dólar por vatio en el presente.
“Esto significa que en los siguientes 15 años observaremos una reducción del costo a niveles que permitirán el uso competitivo de esta fuente renovable de energía, y su uso podrá ser masivo en las ciudades, en el campo y en todas partes, permitiendo la diversificación de las fuentes de energía eléctrica en el futuro cercano”, refiere el Cinvestav.
En el corto plazo habrá un crecimiento de las plantas de mediana a gran potencia instaladas en regiones de alta insolación de México, produciendo corriente alterna inyectada a la red nacional de electricidad. De manera adicional, una parte relativamente pequeña será en sistemas residenciales y para producir energía requerida en zonas rurales. A mediano plazo, se tendrán redes regionales operando con corriente alterna y con módulos fotovoltaicos más eficientes que los actuales, satisfaciendo una fracción importante de la demanda de energía eléctrica. Finalmente, en el largo plazo, tendremos microrredes inteligentes operando en corriente directa con sistemas fotovoltaicos altamente eficientes, más de 30 por ciento, y con bajos costos de generación de la energía requerida.
Los usuarios conectados a estas microrredes podrán producir el total de la energía demandada por ellos mismos, teniendo más conciencia del ahorro y del uso eficiente de la energía; con una mayor cultura para la preservación del medio ambiente y hacía el desarrollo sustentable; con diversificación energética; con menos vulnerabilidad a los desastres naturales y climáticos, así como con un estilo de vida más saludable”, concluye el Cinvestav.