El uso creciente de las innovaciones tecnológicas trae consigo incrementos en el consumo de energía debido a que computadoras, tabletas y teléfonos celulares lo requieren, y se ha proyectado que estos usos cotidianos, más la utilización de recursos como el Internet de las Cosas – IoT, son algunas de las prácticas que podrían duplicar el consumo del requerimiento energético actual para el año 2050.
Así mismo, la paulatina entrada al mercado de los vehículos eléctricos, con el consecuente incremento de las subestaciones para suplirlos, implicará también en que, a corto y mediano plazo, vaya creciendo la demanda energética. Otro dato ya conocido es que el 42 por ciento del consumo mundial se produce en edificios.
Frente a estas crecientes demandas de energía ¿cómo pueden reorientar los usuarios y las empresas sus hábitos de consumo para cuidar la economía y al medio ambiente? La respuesta está en la implementación de formas de energía limpia siguiendo las normativas de cada país e informándose sobre las opciones aplicables. Para ello ya existen los recursos disponibles en el mercado.
“La gente se está orientando mucho hacia las energías renovables, como solar, eólica, la generada en hidroeléctricas y la mareomotriz que son energías limpias. Cada vez más, los gobiernos y las compañías promueven proyectos en los cuales se beneficia con menos costos la producción eléctrica a través de fotoceldas o generación solar”, comenta Carlos León de Garay, vicepresidente de la división de Power Systems y Centro de Ejecución de Schneider Electric México y Centroamérica.
Para 2050, México tiene la meta de que al menos 50 por ciento de la electricidad que produzca sea renovable, un objetivo con un camino aun largo a pesar de que se cuenta con los elementos necesarios para cumplirlo. A través de la Reforma Energética y del plan estratégico establecido por la Secretaría de Energía, se ha puesto en marcha diversas plantas de energía renovable y se han asegurado, por parte del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), proyectos importantes que contribuyen a su cumplimiento.
De esta forma, si México continua con la implementación cautelosa de programas similares, el objetivo gradual de que, para 2021, 30 por ciento de la energía producida en México sea limpia; para 2024, 35 por ciento, y para 2050, 50 por ciento, podría ser viable.
En el plano económico, de manera creciente, empresas con grandes infraestructuras como los hoteles están identificando las ventajas de la generación solar para su propio consumo utilizando paneles solares. Estos equipos se conectan por consumo propio o por medio de la planta de la generación de la compañía eléctrica consiguiendo que el consumo de energía le cueste mucho menos. También el consumidor que habite en condominios o edificios de ciertos tamaños que utilicen este sistema pudiera obtener ese beneficio.
“En momentos en que la demanda de energía crece y el valor del combustible es oscilante, crece el interés por la generación propia y la autosuficiencia, la población tiende a mirar a la promoción de energías renovables solar o eólica, orientadas también al cuidado del medio ambiente, haciéndose tendencia el uso del el microgrid, con la instalación de paneles, siendo una respuesta a la relación conectividad-consumo”, agrega Carlos León de Garay.
Los países vienen desarrollando las reglamentaciones para definir hasta qué punto las empresas pueden generar su propia energía y hasta qué punto la compañía eléctrica debe suministrar esa energía. Schneider Electric ofrece el software de automatización para calcular el valor de KW/H entre la cantidad de energía que consumen las infraestructuras, y la energía que proviene de una plataforma solar o de la compañía eléctrica.
Otro recurso disponible son las baterías de almacenamiento de energía, que en el caso de contar con generación solar que no se consuma en su totalidad, permiten almacenarla. Estas soluciones facilitan la autogeneración y el autoconsumo de aplicaciones como el microgrid, utilizadas en zonas a las que no llegue una conexión directa.
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