Las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos han vuelto a poner sobre la mesa la posible reanudación del suministro de gas ruso a Europa, una medida que sigue generando controversia dentro de la Unión Europea (UE). Mientras el Kremlin ha reconocido que el tema está siendo tratado, algunos funcionarios europeos mantienen una postura firme contra la importación de energía rusa.
El asesor internacional del Kremlin, Yuri Ushakov, confirmó que el suministro de gas ruso se ha abordado en los diálogos de normalización entre Moscú y Washington. Sin embargo, el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Ryabkov, señaló que no puede confirmar la existencia de conversaciones sobre la reactivación de estos envíos.
Desde Bruselas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió que la UE debe hacer “todo lo posible” para evitar el regreso del gas ruso, con el objetivo de consolidar la posición de Ucrania en futuras negociaciones de paz. “Reabrir los grifos del gas y petróleo ruso sería un error de proporciones históricas y no permitiremos que ocurra”, afirmó ante el Parlamento Europeo.
A pesar de la reducción de las importaciones de gas ruso en Europa, algunos países como Hungría y Eslovaquia han insistido en mantener el acceso a la energía proveniente de Moscú. En paralelo, Gazprom, el consorcio estatal ruso, ha intensificado sus exportaciones hacia China e India, ante las pérdidas derivadas de la disminución de clientes europeos.