Petróleos Mexicanos (Pemex) evalúa la reactivación de pozos cerrados como estrategia para incrementar la producción de hidrocarburos, en medio de la presión por alcanzar la meta gubernamental de 1.8 millones de barriles por día (bpd).
Actualmente, México tiene más de 31,000 pozos, de los cuales aproximadamente un tercio están cerrados. La empresa analiza cuáles de estos podrían aumentar la producción de forma rápida, considerando factores como información geológica, financiamiento y mecánica del pozo.
Ángel Cid Munguía, director de exploración y producción de la petrolera estatal mexicana, confirmó en un documento interno que se están avanzando en planes de reapertura, aunque sin detalles específicos. «La estrategia dependerá del perfil de riesgo de cada pozo y de su capacidad para incrementar la producción», indicaron fuentes cercanas al proceso.
Además de la reactivación de pozos, la empresa estudia la implementación de técnicas de recuperación secundaria, particularmente en campos maduros del Golfo de México, como Ku, Maloob, Zaap, Akal y Ayatsil.
En un contexto de ajustes presupuestarios y altos niveles de deuda, Pemex ha priorizado actividades según su generación de valor, retrasando inversiones en sísmica y perforación.
El desafío radica en garantizar que los pozos reactivados sean operativos y seguros, evitando impactos ambientales como los registrados en estados como Chiapas, donde pozos abandonados han causado afectaciones.