La tensión en el sistema eléctrico chileno ha escalado tras una serie de advertencias emitidas por empresas generadoras, que cuestionan la gestión del Coordinador Eléctrico Nacional (CEN) frente a una situación que califican como crítica. La alerta se originó por la salida de servicio de la línea de 500 kV Nueva Pan de Azúcar – Polpaico y la escasez de gas natural, factores que han limitado la capacidad de generación en la zona centro-sur del país.
En una carta enviada al CEN, Enel Generación Chile advirtió sobre el riesgo de un posible racionamiento eléctrico, señalando la falta de despacho de la central Nehuenco, operada por Colbún, como un elemento agravante. La empresa solicitó explicaciones sobre por qué no se ha autorizado el uso de diésel en dicha central, pese a que el sistema ha operado al límite.
A esta postura se sumó Acciona Energía, que también expresó preocupación por la indisponibilidad de centrales térmicas y el agotamiento de embalses clave como Ralco, Pehuenche y Rapel.
El CEN reconoció que el sistema enfrenta una condición “ajustada”, especialmente en la zona central, pero descartó que exista un riesgo inminente de apagón generalizado. Según el organismo, la contingencia obligó al despacho de unidades con combustible diésel de mayor costo, aunque no se ha considerado activar protocolos de emergencia con el Ejecutivo.