Por Kathya Santoyo
Arti Garg asumió hace cuatro meses la dirección tecnológica de AVEVA. Su llegada representa una apuesta por conectar mundos que históricamente han evolucionado de forma paralela: las tecnologías emergentes y las operaciones industriales críticas. “Para mí, es una gran oportunidad de unir estos dos mundos directamente y analizar cómo las tecnologías avanzadas están convergiendo con la industria”, afirmó en exclusiva para Global Energy.
Desde su incorporación, Garg ha trabajado en estructurar una nueva organización dentro de la compañía centrada en tecnología avanzada. Su objetivo es delinear la visión futura de los productos de AVEVA. Uno de los principales retos que ha identificado es el ritmo acelerado con el que evolucionan las tecnologías como la IA o la visualización 3D. Esta transformación ocurre de forma paralela a una reconfiguración profunda de los sectores industriales que atiende la empresa.
“Por ejemplo, en el sector eléctrico, la incorporación de energías renovables ha cambiado completamente la forma en que las redes deben operar. La intermitencia de estas fuentes obliga a contar con tecnologías distintas para mantener la calidad del suministro”, explicó.
Esa dualidad —la evolución tecnológica y la transformación de los sectores industriales— es el núcleo de las prioridades que se ha fijado como CTO. “Uno de los enfoques principales es construir una narrativa coherente sobre cómo la inteligencia artificial está integrada en nuestros productos y cómo mantenerse a la vanguardia de la IA industrial”, señaló. A esto se suma una prioridad transversal para la empresa: la sostenibilidad.
Desde el punto de vista de Garg, sostenibilidad y eficiencia económica no son objetivos opuestos.
“En muchos casos, reducir la huella ambiental va de la mano con reducir costos, especialmente cuando se trata de consumo energético”, dijo. “Hoy, los clientes equilibran dos monedas: carbono y dinero”.
En ese sentido, el uso de IA puede facilitar la integración de energías renovables en la red eléctrica, optimizando la reacción ante variables como la producción eólica o las caídas de frecuencia por recursos distribuidos.
El salto tecnológico de la IA
Al analizar el avance de la inteligencia artificial en el último año, Garg subrayó varios elementos que han cambiado significativamente. “Los modelos fundacionales se han vuelto mucho más poderosos, no solo en precisión, sino en la complejidad de las respuestas que pueden generar”, apuntó.
Entre las evoluciones más relevantes destacó el auge de la IA agentica. En el ámbito industrial, esto abre nuevas oportunidades: ya no se trata de obtener respuestas directas, sino de automatizar tareas complejas como la reconciliación de datos, que requieren múltiples fuentes, interpolación y limpieza.
También ha resurgido el interés por usar modelos más pequeños o específicos. “Muchas veces es preferible usar un modelo de machine learning tradicional, tanto por costos como por capacidad de implementarlo en dispositivos de borde”, explicó. La IA agentica, en este contexto, permite elegir el modelo adecuado sin que el usuario final tenga que tomar esa decisión.
La velocidad del cambio
El desafío de mantenerse actualizado en este entorno de evolución constante es central para AVEVA. “Tenemos que asegurarnos de estar al tanto de las tendencias, que nuestros equipos puedan dedicar parte de su tiempo a entender estos cambios”. La rapidez con la que aparecen nuevos papers y con la que cambian los modelos de negocio de los proveedores de modelos grandes también exige una vigilancia constante.
Aunque la inteligencia artificial ocupa buena parte del foco, no es la única tecnología transformadora. Garg destacó otros desarrollos que son igualmente relevantes para el futuro cercano: desde la infraestructura de software basada en plataformas SaaS y servicios en la nube, hasta realidades extendidas y blockchain. “También estamos observando cómo evoluciona la capacidad de cómputo en entornos de bajo consumo y ubicaciones remotas”, añadió.
Digitalización para todos los mercados
Desde su rol, Garg también observa cómo estas tecnologías pueden beneficiar a mercados emergentes como el mexicano. “Muchas de nuestras colaboraciones son con clientes que enfrentan problemas distintos a los de una empresa tecnológica, pero igual de críticos”, dijo.
AVEVA, explicó, trabaja con clientes que van desde fabricantes farmacéuticos hasta operadores de instalaciones marítimas. El reto está en hacer accesible la tecnología.
“Nuestra tarea es que no tengas que saber de IA para aprovechar sus beneficios. Por ejemplo, si podemos usar IA para optimizar el diseño de tuberías sin que el usuario entienda lo que sucede detrás, ese es un buen uso”, detalló.
Uno de los desafíos más complejos, en su opinión, es la reconciliación de datos, una tarea costosa y compleja incluso para científicos de datos experimentados. La clave está en utilizar la tecnología para facilitar el trabajo cotidiano de operadores y diseñadores sin aumentar la complejidad.
Para la experta, una de las mayores oportunidades de negocio para AVEVA tiene que ver con la transición generacional en la fuerza laboral industrial. “Hay muchas personas retirándose y los nuevos empleados vienen con experiencias completamente distintas. No van a conocer los sistemas antiguos”, advirtió. “Nuestro trabajo como empresa tecnológica es facilitar esa transición”. Para AVEVA, esto implica ofrecer soluciones que no solo se adapten a las nuevas tecnologías, sino que también puedan ser utilizadas por trabajadores sin experiencia previa en la infraestructura tradicional.
Garg concluyó que el momento actual es una oportunidad para repensar de forma holística la manera en que se hacen cosas esenciales en la sociedad. “Son actividades que a veces no se valoran hasta que fallan, como el sistema eléctrico”, dijo. Desde su perspectiva, la digitalización y la tecnología no son un fin en sí mismas, sino una herramienta para hacer más accesible, resiliente y eficiente la operación de sectores industriales fundamentales para el desarrollo.