La reciente imposición por parte de Estados Unidos de un arancel del 25% a los vehículos pesados mexicanos ha generado preocupación en sectores industriales clave, entre ellos el energético. La industria automotriz de vehículos pesados, vital para el transporte de materiales y recursos esenciales, se encuentra estrechamente vinculada con la cadena de suministro de diversos sectores productivos, incluyendo la energía.
Rogelio Arzate, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), advirtió que esta medida podría desencadenar efectos negativos en la eficiencia operativa de las industrias que dependen del transporte pesado. Los aranceles afectarían no solo a los fabricantes de vehículos, sino a los transportistas y a las industrias que necesitan estos vehículos para mover recursos clave, como combustibles y equipos de infraestructura energética.
En particular, Arzate destacó que la integración entre México y Estados Unidos en la producción de vehículos pesados ha sido fundamental para la competitividad en la región. El flujo constante de componentes que cruzan la frontera contribuye al dinamismo de las industrias, especialmente en sectores como el energético, que requieren transportes pesados para asegurar el suministro de recursos y materiales. De no revertirse esta política, el impacto podría extenderse a la cadena logística, encareciendo los costos de transporte.
ANPACT ha hecho un llamado al diálogo entre los gobiernos de México y Estados Unidos para evitar una escalada de medidas unilaterales que puedan dañar a sectores clave.
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) continúa siendo crucial para el desarrollo económico de América del Norte, y ANPACT confía en que las autoridades de ambos países trabajen en conjunto para encontrar soluciones que protejan la industria automotriz.