Por Kathya Santoyo
El traslado de un transformador de cientos de toneladas desde un puerto hasta una planta eléctrica está lejos de ser una operación convencional. Implica análisis de factibilidad, selección de embarcaciones y unidades especializadas, obtención de permisos, refuerzo de infraestructura vial y una coordinación milimétrica en la colocación final del equipo. Para R.H. Shipping & Chartering, estos desafíos forman parte de su actividad central: ofrecer soluciones integrales de transporte marítimo, terrestre y aéreo para megaequipos industriales.
“Somos una empresa de logística y transportación dedicada a proyectos industriales de alcance internacional. Buscamos acompañar a todas las compañías que desarrollan proyectos de energía, brindándoles soluciones logísticas completas bajo cualquier modalidad de transporte”, explica Reyna Margarita Plascencia Jiménez, Project Cargo Manager de la empresa.
Durante el último año, R.H. Shipping ejecutó proyectos de alto impacto, como un desarrollo solar en Baja California y la entrega de tres transformadores de potencia para CFE en El Carmen, NL con equipos de hasta 195 toneladas. Plascencia subraya que la trayectoria de casi tres décadas de la compañía ha sido clave para adaptarse a distintos ciclos económicos y cambios de administración. “La pandemia, por ejemplo, lejos de ser un obstáculo, representó uno de los periodos de mayor crecimiento para nuestra operación logística. La clave ha sido entender el mercado y ajustarnos a la evolución de cada proyecto”, afirma.
Ingeniería aplicada al transporte de megaequipos
Aunque para el cliente la misión es mover mercancía de punto A a punto B, la operación requiere una ingeniería integral. “El transporte de estos equipos exige un análisis logístico especializado: desde la selección de la embarcación o unidad de transporte adecuada, hasta la gestión de permisos, coordinación de maniobras portuarias y verificación de la capacidad estructural de carreteras y accesos”, detalla Plascencia.
Este análisis no se limita al traslado. En ocasiones, implica adecuar o reforzar infraestructura para garantizar la seguridad de la operación. Un ejemplo emblemático es el de la central de ciclo combinado Manzanillo III, de CFE. “Normalmente trasladamos equipos de hasta 550 toneladas desde el puerto hasta la planta. Pero en una ocasión transportábamos un generador tan pesado que el puente de acceso no tenía la capacidad necesaria. Simplemente no podíamos pasar”, relata.
La solución fue reforzar completamente los dos kilómetros de puente para permitir el movimiento del equipo. “En ese proyecto trasladamos cerca de 15 equipos de gran peso —calderas, generadores, turbinas y transformadores—. Con ello no solo apoyamos al cliente; también contribuimos a mejorar infraestructura clave para el desarrollo energético del país”, explica.
Plascencia enfatiza que el valor agregado de R.H. Shipping radica en la gestión integral del proyecto. “Cuando se trata de transformadores de gran potencia, nosotros nos encargamos de todo: desde seleccionar el barco y la unidad adecuada hasta elaborar el estudio de ruta desde la planta del proveedor hasta la del usuario final, incluyendo maniobras de descarga y colocación sobre su base”.
La precisión es fundamental. “En este tipo de equipos, la fabricación puede tomar años. Nosotros somos el último eslabón de esa cadena, donde converge toda la planeación previa. Nuestra responsabilidad es ejecutar impecablemente, minimizando riesgos y garantizando la entrega segura para la puesta en operación”, añade.
Tres décadas de experiencia marítima
Con 29 años de presencia en el mercado mexicano, R.H. Shipping ha consolidado una profunda especialización logística. Fundada por Rudolf Hess, su ADN marítimo marcó el rumbo del grupo. La ejecutiva subraya que uno de los diferenciadores clave es la estructura operativa. “No somos una transnacional donde hablas con un call center. Aquí tienes comunicación directa con nuestro equipo, y todos conocen el estado exacto de tu proyecto”.
Respecto al modelo de servicio, agrega: “Ofrecemos soluciones logísticas personalizadas. No imponemos una forma de mover la carga; presentamos alternativas para que el cliente elija la que mejor se adapta a sus tiempos, costos y prioridades”.
Cada modalidad de transporte responde a necesidades distintas. “No es lo mismo mover una pieza por vía aérea, que puede llegar en dos días, que hacerlo por barco en 30. Nuestro valor radica en ofrecer múltiples opciones con información clara para la toma de decisiones”.
Para el próximo año, la compañía mantiene su visión estratégica: consolidarse como el principal forwarder de carga proyecto en México. “Ese siempre ha sido y seguirá siendo nuestro objetivo: ser los mejores en México y en el mundo”, concluye.






