Por Aban Moreno, Gerente de Negocios de Oleum Servicios y Dictaminación Técnica, S.A. de C.V., y Paul Alejandro Sánchez, Director de Negocios de Oleum Servicios y Dictaminación Técnica, S.A. de C.V..
El transporte ha sido parte fundamental de la civilización desde hace siglos y ha sido uno de los principales motores de la economía. Sin embargo, la expansión del uso de combustibles fósiles para el transporte y la creciente urbanización, han generado externalidades que ya no son sostenibles en un mundo donde el cambio climático es uno de los principales problemas que amenaza a la población y a las futuras generaciones.
Es importante diferenciar entre transporte y movilidad. El transporte implica el movimiento de personas y bienes por las distintas vías posibles (agua, tierra y aire), mientras que la movilidad se refiere a poder brindar a las personas un acceso seguro a lugares, bienes, servicios e incluso, otras personas, de tal forma que sus necesidades sean cubiertas. Es decir, la movilidad incluye los servicios e infraestructura necesarios para cada una de las modalidades de transporte disponibles para personas y bienes, de tal forma que se prioricen la salud y la seguridad a través de un transporte limpio y eficiente, respetando a las personas, comunidades y ecosistemas.
Es fundamental garantizar el respeto de los derechos humanos en toda la cadena de valor del transporte y la movilidad, a través del desarrollo y la actualización de sistemas internos que permitan la correcta diligencia en materia de derechos humanos, tal como se establece en los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos.
Para lograr estos objetivos, las empresas del sector transporte, junto con los gobiernos locales y federales, deben adoptar tecnologías, estándares y modelos de negocio que reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero para lograr una efectiva migración a vehículos de emisión cero y hacia la digitalización. Un ejemplo muy interesante es el de los modelos computacionales en donde el tráfico vehicular es controlado mediante tecnología Blockchain.
Alcanzar un sistema de movilidad sostenible y equitativo implicaría transformar bienes y servicios, modificar la cadena de valor del sector y eliminar los sistemas de movilidad altamente fragmentados. La colaboración entre los diversos sectores asociados al transporte es fundamental y puede realizarse, por ejemplo, a través del intercambio de información entre organizaciones nacionales e internacionales para mejorar la eficiencia de los sistemas de movilidad urbana a través de sistemas digitales interconectados.
La industria y los gobiernos deben enfocar sus esfuerzos para lograr una economía descarbonizada, regenerativa e inclusiva. Propuestas como la electrificación de vehículos, el hidrógeno para el transporte y la digitalización, están avanzando de forma importante en los sistemas de transporte de personas y mercancías.
Para leer la columna completa, consulte la próxima edición de Global Energy.