Por Yolanda Villegas (*)
El “Laboratorio del Procomún” es un claro ejemplo de cómo un foro que conjunta a personas de diversos ámbitos, como lo es el del derecho, el periodismo, la política, la ecología, el activismo, etc., coadyuva a la formación de grupos de trabajo que se reúnen periódicamente para trabajar, ya sea en línea o de manera presencial, para debatir y planificar acciones que aportan concientización en relación con el valor de los diversos “procomunes”, y sobre los peligros que representan una amenaza a los mismos.
Para Antonio Lafuente:
“La noción de procomún es un concepto ancho, plural y elusivo. Ancho, porque abarca una considerable diversidad de bienes naturales (selvas, biodiversidad, fondos marinos o la Luna), culturales (ciencia, folclore, lengua, semillas, Internet), sociales (agua potable, urbe, democracia, carnaval) y corporales, también llamados de la especie (órganos, genoma, datos clínicos).
Plural, porque son tan múltiples como los muchos modos de existencia que adoptan las comunidades, tanto en el plano local, como en el regional, estatal o internacional, pues no hay comunidad sin un procomún donde asentarse.
Elusivo, porque siendo fundamental para la vida lo tenemos por un hecho dado. Un don que sólo percibimos cuando está amenazado o en peligro de desaparición” (MediaLab Prado, 2007).
Así las cosas, al calce de la descripción de Lafuente sobre el concepto de “procomún” y en conexión con el agua y con la reciente propuesta de Reforma a la Ley de Aguas Nacionales (ordenamiento vigente desde el año 1992 con algunas reformas no sustanciales), podemos decir que siendo que la primera es un bien natural social con base en el cual se sustenta la vida del ser humano, y que se encuentra actualmente amenazada en cuanto al sobreuso, explotación y contaminación del recurso en México, parecería lógico aplicar este tipo de modelo (“Laboratorio del Procomún”) para examinar la mencionada Reforma y sus implicaciones a nivel comunitario.
En conexión con la realización de un “Laboratorio del Procomún” para la Reforma, es vital percatarse de que “convocar a la gente para discutir sobre el procomún (los bienes que creíamos de todos y de nadie al mismo tiempo que debemos legar a las generaciones futuras) plantea el problema de identificar las comunidades que sostiene y son sostenidas por estos bienes compartidos. No hay procomún sin comunidad, y viceversa” (Lafuente, 2008).
Para el caso del agua y de la problemática de su escasez, es notorio que existe preocupación de la población por este tema, y que si se incentiva adecuadamente la participación de la sociedad civil en este modelo, será bastante sencillo agrupar distintos segmentos (escuelas, académicos, empresas, público en general, etc.) que opten por formar parte del “Laboratorio del Procomún”.
Ustedes, ¿qué opinan?
(*) Yolanda Villegas es Doctora en Ciencia y Tecnología graduada por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Monterrey (Tec de Monterrey), y cuenta con Maestría en Derecho Internacional (MDI) por la Escuela de Graduados en Administración Pública y Políticas Públicas (EGAP) del Tec de Monterrey y Licenciatura en Derecho por parte de dicha institución. Adicionalmente, ha cursado Diplomados en Cornell University (Ithaca, New York) Georgetown University (Washington, D.C.) Université de la Sorbonne (París, Francia), y Harvard University (Boston). Tiene un libro publicado en materia de Derechos Humanos, y otro más en temática del Agua, así como diversas publicaciones en revistas académicas a nivel internacional. Fue Presidenta Nacional de los EXATECs, y actualmente es Consejera de la Universidad Autónoma de Nuevo León y Directora Jurídica, de Regulación y Cumplimiento de Vitol México, la trading Company de energía más grande del mundo.