La empresa energética australiana Woodside ha suspendido dos proyectos clave de energía limpia en Estados Unidos, una decisión tomada en un contexto de cambios políticos que incluyen la reactivación de políticas favorables a los combustibles fósiles por parte del presidente Donald Trump. Entre los proyectos detenidos se encuentra el H2OK, un proyecto de hidrógeno líquido en Oklahoma, y una colaboración con Heliogen para desarrollar tecnología solar térmica concentrada en California.
Esta pausa en los proyectos refleja una tendencia más amplia entre las grandes compañías de petróleo y gas, que están reconsiderando sus inversiones en energías renovables debido a los desafíos económicos. Woodside, el mayor productor de petróleo y gas de Australia, ha destacado que la decisión de suspender los proyectos no está directamente relacionada con el retorno de Trump, pero sí se ve influida por la incertidumbre política, incluida la posible suspensión de fondos bajo la ley de reducción de la inflación en EU, que ha estado ofreciendo incentivos fiscales a los desarrolladores de hidrógeno.
La compañía también anunció que pondría en espera su inversión en energías renovables, reconociendo que la tecnología no era tan rentable como se había anticipado. Esta retirada se enmarca dentro de una desaceleración más amplia en la industria del petróleo y gas, que ha visto cómo los compromisos climáticos de las grandes petroleras se han estancado en los últimos años, especialmente tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia y el aumento de los precios de los combustibles.
Si bien Woodside ha registrado un aumento en su producción de petróleo y gas, con cifras récord hasta diciembre de 2024, la compañía continúa con sus planes de expansión en el mercado de gas natural licuado (GNL) en Louisiana, pese a los riesgos asociados con las nuevas políticas energéticas bajo la administración de Trump.