Esta semana se ponen en marcha dos importantes obras públicas en la región de Vaca Muerta, fundamentales para el abastecimiento de gas, la reducción de importaciones de combustibles y el recorte de subsidios a las tarifas. La reversión del Gasoducto Norte y la Planta Compresora de Salliqueló comienzan a operar después de enfrentar demoras a lo largo del año.
Ambos proyectos mejorarán el suministro de gas, tanto para la producción como para las centrales eléctricas. La Planta Compresora de Salliqueló, situada en Buenos Aires, incrementará la capacidad del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) de 16 millones a 21 millones de metros cúbicos diarios, con picos de hasta 26 millones. A pesar de la ideología del gobierno de Javier Milei, que promueve la iniciativa privada, estas obras buscan fortalecer el abastecimiento energético.
El GPNK, que comenzó a funcionar el 9 de julio de 2023, había operado a media capacidad hasta ahora, transportando solo 11 millones de metros cúbicos diarios. Esto fue parte de las dificultades que se presentaron durante la crisis del gas en mayo, que afectó el suministro a estaciones de GNC e industrias.
Un informe del Frente Renovador destaca que el GPNK ha permitido un ahorro de USD 3,600 millones y una reducción de aproximadamente USD 100 por MWh en el costo de generación eléctrica, además de disminuir el gasto en subsidios.
Este jueves también comenzará la reversión del Gasoducto Norte, que permitirá el transporte de gas desde Vaca Muerta a siete provincias del norte argentino, sustituyendo importaciones de gas boliviano. Esta obra, que implicó una inversión de USD 713 millones, busca aportar 5 millones de metros cúbicos diarios y potencialmente hasta 9 millones en futuras ampliaciones.
En los primeros siete meses de 2024, el sector energético argentino generó ingresos de divisas de USD 4,920 millones, superando el mismo período del año anterior, gracias a menores importaciones y un aumento en la producción de hidrocarburos. Se prevé que el saldo de la balanza energética para el 2024 oscile entre USD 4,000 y USD 5,000 millones, marcando la mejor cifra en 15 años.
Estos avances en infraestructura no solo son cruciales para la autosuficiencia energética del país, sino que también representan un cambio significativo en la política de importaciones y subsidios en el sector.