Pampa Energía avanza con un nuevo capítulo en su estrategia de expansión en Vaca Muerta, tras solicitar formalmente su adhesión al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). La compañía busca canalizar una inversión de 426 millones de dólares para construir una planta central de tratamiento (CPF) en el yacimiento Rincón de Aranda, ubicado en la provincia de Neuquén.
El proyecto contempla una infraestructura integral que permitirá procesar, almacenar y transportar petróleo y gas natural, además de conectar la producción con los sistemas troncales existentes, como el Gasoducto Perito Moreno y el Oleoducto Vaca Muerta Sur. Esta obra se inscribe en un plan de inversión más amplio, que prevé 1.500 millones de dólares para multiplicar por diez la producción de petróleo en el bloque.
Aunque el RIGI no contempla beneficios directos para la exploración y producción de hidrocarburos, sí incluye incentivos para obras de infraestructura energética. Pampa Energía busca aprovechar este marco para acelerar el desarrollo de Rincón de Aranda, un bloque de 240 km² que ya cuenta con pozos conectados y una producción inicial de 6.000 barriles diarios.
“La construcción de esta planta y su infraestructura asociada es clave para fortalecer nuestra operación en Vaca Muerta”, afirmó Gustavo Mariani, director ejecutivo de la empresa. Según estimaciones de la compañía, el proyecto entraría en operación en 2026 y permitiría exportar crudo por un valor estimado de 1.200 millones de dólares anuales a partir de 2027.
Además de la CPF, el plan incluye oleoductos, gasoductos, terminales de almacenamiento y estaciones de bombeo, lo que permitirá integrar la producción del yacimiento con la red energética nacional y regional.