Más de 1,000 millones de dólares en envíos de crudo venezolano han sido reclasificados como petróleo brasileño en el último año, permitiendo a los cargamentos viajar directamente de Venezuela a China y evadir sanciones estadounidenses. Según informes de empresas de seguimiento de petroleros y documentos comerciales, esta estrategia ha reducido tiempos logísticos y ha facilitado el acceso a financiamiento bancario para los intermediarios.
El esquema ha permitido que barcos que salen de Venezuela modifiquen su señal de localización marítima, haciendo creer que parten de puertos brasileños sin realizar escalas ni operaciones de transbordo. “Lo que exportamos a China es principalmente crudo del presal, no bitumen”, declaró Magda Chambriard, presidenta ejecutiva de Petrobras, refiriéndose a la discrepancia entre los datos de aduanas chinas y los registros brasileños, que no reflejan exportaciones de mezcla de bitumen hacia China desde 2023.
La técnica de spoofing ha sido utilizada en varios buques fletados por intermediarios de crudo venezolano, como Hangzhou Energy, permitiendo que las embarcaciones parezcan partir de Brasil mientras cargaban petróleo en Venezuela. En febrero, el petrolero Karina, con bandera de Liberia, llevó 1.8 millones de barriles de crudo Merey bajo el nombre de Katelyn, alterando su origen antes de descargar el cargamento en Yangpu, China, según registros marítimos.
Washington mantiene sanciones sobre las exportaciones petroleras venezolanas desde 2019, una medida destinada a reducir los ingresos del Gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, el uso de transferencias de barco a barco, cambios en documentación y manipulación de datos marítimos ha permitido que el flujo de crudo hacia China se mantenga activo.