El consumo eléctrico en México se está expandiendo a un ritmo más rápido de lo esperado, lo que subraya la necesidad de una inversión significativa y urgente en el sector energético, según un reciente informe de Moody’s Ratings. La agencia calificadora destacó que la demanda anual de electricidad en el país aumentó un 3.9% en 2022 y un 3.8% en 2023, superando las proyecciones de la Secretaría de Energía (Sener), que estimaban un crecimiento del 2.5% anual.
El informe de Moody’s señala que esta alta demanda ha impulsado las ventas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en un 4% solo en 2023. Además, estima que los proyectos de energía existentes en México están bien posicionados para ser más estratégicos, especialmente aquellos que abastecen a centros industriales con alta demanda de electricidad. Este escenario es positivo desde el punto de vista crediticio, ya que el desequilibrio entre oferta y demanda incrementará el precio de la capacidad de generación de energía, subrayando la necesidad de aumentar la capacidad instalada.
Moody’s anticipa mayores beneficios para las empresas que deban renovar sus contratos de compraventa de energía con CFE, lo que mejorará su margen de recontratación en condiciones favorables. La agencia también destacó la necesidad de expandir las inversiones en capacidad y transmisión para mantener la estabilidad del sistema eléctrico y garantizar la disponibilidad para clientes residenciales e industriales.
La serie de apagones registrados en mayo evidenció las limitadas reservas de energía en México, planteando desafíos para la relocalización de empresas al país (nearshoring), lo que podría aumentar significativamente el consumo industrial de electricidad. Moody’s advirtió que un incremento en las operaciones de nearshoring podría llevar el consumo eléctrico más allá de las proyecciones actuales en los próximos años, haciendo crucial la expansión de la capacidad de generación y transmisión.
Otro punto crítico mencionado por Moody’s es la dependencia de México al gas natural importado de Estados Unidos y la baja penetración de energías renovables en el mercado nacional. Estos factores representan riesgos para que más empresas consideren reubicar sus operaciones en México a través del nearshoring.
Finalmente, el informe sugiere que el próximo gobierno de México, que se elegirá el 2 de junio, tendrá la oportunidad de establecer un plan claro de transición energética. Este plan debería incluir políticas transparentes y suficientes inversiones en capacidad de generación y transmisión para enfrentar los desafíos del sector eléctrico y apoyar el crecimiento económico del país.
Te puede interesar