La Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) advirtió que México podría convertirse en un importador neto de petróleo crudo para 2030, debido a una caída sostenida en su producción nacional. En su más reciente informe, el organismo proyecta que el país perderá alrededor de 680,000 barriles diarios, lo que reduciría su producción a 1.29 millones de barriles por día, la mayor disminución estimada a nivel global.
La demanda interna, estimada en 1.7 millones de barriles diarios durante el sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum, superaría ampliamente la oferta nacional. “Esto podría llevar al país a convertirse en un importador neto en cerca de 500.000 barriles diarios para 2030”, señaló la IEA. El informe también destaca que, pese a una breve estabilización entre 2021 y 2023, la reducción de inversiones durante la pandemia y la concentración en yacimientos terrestres y de aguas someras han limitado las opciones de crecimiento para Pemex.
La petrolera estatal enfrenta además una deuda financiera superior a los 101,000 millones de dólares, la más alta entre las compañías del sector a nivel mundial. Aunque existen proyectos clave como Trion, Zama y la expansión de Ku-Maloob-Zaap, la ventana de producción para algunos de ellos “se está agotando”, advirtió la agencia. A esto se suman los recortes presupuestarios, adeudos con proveedores y una reducción drástica en el número de plataformas activas, que pasaron de 50 a menos de 20 en seis meses.
En cuanto a la infraestructura de refinación, la IEA reconoció que la refinería Olmeca (Dos Bocas) podría representar un hito si logra alcanzar su capacidad total de 340,000 barriles diarios hacia 2026, aunque actualmente opera por debajo de ese nivel. El organismo concluyó que, incluso con avances en refinación, la caída en la producción nacional podría restringir el suministro de crudo pesado para refinerías clave en la región del Golfo de México.