La transición a las energías renovables está ocurriendo a un ritmo mucho más rápido de lo anticipado al mismo tiempo que los cambios en el sistema energético han alcanzado un impulso crucial y continuarán acelerándose durante la próxima década.
De acuerdo con el informe realizado por la consultora multinacional EY, “Si cada transición energética es diferente, ¿qué rumbo acelerará el tuyo?”, el modelo presentado de cuatro palancas clave (avance tecnológico, disponibilidad de productos básicos, participación del consumidor y políticas gubernamentales) y su impacto en 52 tecnologías, resaltan la complejidad y la diversidad de los cambios futuros.
Además, predice que, a nivel global, la energía verde dominará la generación de electricidad para 2038 y constituirá el 62 por ciento de la matriz de energía para 2050. Sin embargo, la velocidad de cambio actual todavía no es suficiente para mantener el calentamiento global en la meta de 1.5 grados Celsius y se requiere una aceleración adicional.
Bernardo Cardona, Socio de Energía para EY Latinoamérica y Socio Líder del Centro de Excelencia e Innovación en Sostenibilidad para Latinoamérica, añadió que esta acelerada transición trae consigo un periodo de disrupción, moldeado por las nuevas tecnologías y respaldado por la política gubernamental, determinado por el mercado.
“A nivel mundial, podemos esperar que la energía verde dominará la producción de electricidad para 2038. A medida que esto ocurra, acelerar el cambio dependerá de ofrecer más valor a las personas y las empresas mediante soluciones energéticas limpias que sean asequibles y eficientes», comentó.
Incremento de inversión
El informe también pronostica que se requerirá una inversión anual estimada de 4.1 billones de dólares (millones de millones) en tecnologías de transición bajas en carbono y en infraestructura de energía para 2050, es decir, cuatro veces los niveles actuales.
Y, a medida que se acelera la transición energética, el ritmo del cambio tendrá importantes implicaciones para nuestro sistema energético y para las empresas energéticas y de recursos.
El informe señala destaca 8 puntos a considerar:
- Dominio de las energías renovables: la solar y la eólica proliferan más rápido de lo previsto.
- (Casi) Todo está electrificado: las nuevas tecnologías de consumo y la industrial impulsarán la demanda de electricidad a 2050.
- Petróleo y gas serán “verdes”: los hidrocarburos seguirán con nosotros por más tiempo, por lo que transformarlos en más amigables con el medio ambiente es una prioridad.
- Localización de la energía: el 62% de la electricidad vendrá de fuentes renovables locales hacia 2050.
- Redes hiperinteligentes y flexibles: para evitar los cortes de suministro se necesita ampliar las redes eléctricas e integrar la flexibilidad inteligente.
- Consumidores toman la iniciativa: la energía limpia debe ser más barata y mejor para que la gente y las empresas la prefieran.
- Se redefinen las cadenas de suministro: habrá un crecimiento en la demanda del litio de 910% hacia 2050
- Integración de activos antiguos y nuevos: se necesita un incremento de inversión anual de 300% en tecnologías bajas en carbono hacia 2050.
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