Pemex, la compañía petrolera estatal de México, ha dado inicio a los envíos de crudo a su nueva refinería Olmeca en Dos Bocas. Esta semana marcó el comienzo de operaciones con un envío inicial de 16,300 barriles por día (bpd). Sin embargo, este volumen representa menos del 5% de la capacidad total esperada de la refinería.
El proyecto, ubicado en el estado natal del presidente saliente Andrés Manuel López Obrador, Tabasco, ha sido promocionado como uno de los más ambiciosos del mandato actual, con la promesa de reducir la dependencia del país en las importaciones de gasolina y diésel, mayoritariamente provenientes de Estados Unidos.
A pesar de estas expectativas, los volúmenes iniciales enviados esta semana son mínimos en comparación con la capacidad de producción actual de Pemex, que asciende a 1.8 millones de bpd entre crudo y condensados. Se espera que para agosto, la refinería Olmeca reciba 170,000 bpd, la mitad de su capacidad de procesamiento de 340,000 bpd.
El director general de Pemex, Octavio Romero, proyectó previamente que Dos Bocas agregaría 177,000 bpd al total de procesamiento de la empresa para este año. Sin embargo, la realidad ha demostrado un progreso más lento de lo anticipado, lo que plantea dudas sobre la eficacia y el cumplimiento de los plazos establecidos.
La lenta puesta en marcha de la refinería significa que México continuará dependiendo de las importaciones de combustible y seguirá exportando su crudo pesado. Esto contrasta con las expectativas previas de una disminución significativa en las exportaciones, lo que aliviaría la escasez de suministros a nivel mundial.
Además, se ha señalado que el gobierno ha exagerado los avances de la refinería, especialmente en el contexto de las próximas elecciones presidenciales. Aunque se espera que la producción de diésel comience a finales de mayo, aún no se han proporcionado cifras públicas sobre el volumen de crudo recibido por la nueva instalación.
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