Por Marcos Ávalos
Economista y asesor energético. Profesor de Asignatura en la Facultad de Economía, UNAM
Ahora que está de moda y está en la agenda nacional el tema nearshoring o relocalización de empresas, poco se ha hablado de su interconexión con el sector energético, en particular con el contenido nacional. El nearshoring y el contenido nacional son dos conceptos relacionados que son relevantes para el panorama empresarial y manufacturero de México.
Nearshoring se refiere a la reubicación de operaciones comerciales o servicios a un país cercano, a menudo en la misma región, en lugar de subcontratarlos a una ubicación más distante. México se ha convertido en un destino popular de nearshoring para las empresas, en particular las que tienen su sede en los Estados Unidos. La proximidad del país a los EE. UU., los acuerdos comerciales favorables, los costos laborales competitivos y la mano de obra calificada lo convierten en una opción atractiva para la contratación cercana.
Muchas industrias, incluidas las de manufactura, automotriz, electrónica, aeroespacial y de bienes de consumo, han establecido instalaciones de producción en México para servir al mercado norteamericano. El nearshoring a México le permitiría a las empresas beneficiarse de costos de transporte reducidos, tiempos de entrega más rápidos, proximidad cultural y una coordinación más fácil con el mercado estadounidense.
El contenido local, por otro lado, se refiere al porcentaje del valor de un producto que se obtiene o fabrica localmente dentro de un país o región específicos. Los gobiernos a menudo implementan requisitos de contenido local como un medio para promover las industrias nacionales, estimular el crecimiento económico y crear oportunidades de empleo.
En el contexto de México, el gobierno ha implementado requisitos de contenido nacional y local, particularmente en sectores como el automotriz, energético y de telecomunicaciones. Estos requisitos exigen que cierto porcentaje de componentes, partes o servicios utilizados en la producción de bienes o servicios deben provenir de México.
Por ejemplo, en la industria automotriz, México ha implementado reglas que especifican un porcentaje mínimo de contenido local para vehículos producidos en el país para calificar para acuerdos comerciales preferenciales, como el USMCA (anteriormente NAFTA). Esto alienta a los fabricantes a utilizar proveedores mexicanos y promueve el desarrollo de una cadena de suministro local.
Las políticas de contenido local tienen como objetivo fomentar el desarrollo de las industrias nacionales, crear puestos de trabajo y mejorar la autosuficiencia económica del país. Sin embargo, es importante lograr un equilibrio entre los requisitos de contenido nacional y mantener un entorno comercial abierto y competitivo.
En esa perspectiva, es necesario poner en la agenda energética nacional de los próximos años un componente política pública de contenido nacional de bienes y servicios de mayor calidad y valor agregado, que acompañe la avalancha de empresas que están llegando a nuestro país a causa del nearshoring.
Dicha política debe garantizar los diversos beneficios que ofrece un país cercano, como el ahorro de costos, el acceso a mano de obra calificada, entornos regulatorios favorables o la proximidad a los mercados. Por ejemplo, en el contexto del sector energético, el nearshoring puede adoptar diferentes formas:
Operaciones de petróleo y gas en alta mar: puede implicar la creación de instalaciones de exploración y producción en alta mar en países cercanos con condiciones geológicas favorables. Esto permite a las empresas de energía aprovechar los recursos de la región al tiempo que reducen los costos y los desafíos logísticos.
Proyectos de energía renovable: también puede ser relevante para proyectos de energía renovable, como parques eólicos o plantas de energía solar. Las empresas de energía pueden optar por desarrollar estos proyectos en países cercanos con abundantes recursos de energía renovable, políticas de apoyo y costos competitivos de mano de obra o equipos.
Servicios y funciones de apoyo: las empresas de energía pueden relocalizar ciertos servicios y funciones de apoyo a países cercanos. Esto podría incluir actividades como ingeniería, diseño, fabricación de equipos o componentes, mantenimiento y operaciones e investigación y desarrollo. La relocalización cercana de estas funciones permite a las empresas acceder a habilidades especializadas o ventajas de costos mientras mantienen la proximidad a sus operaciones principales.
Los beneficios del nearshoring en el sector energético pueden incluir costos de transporte reducidos, mejor gestión de la cadena de suministro, acceso a mano de obra calificada, proximidad cultural y alineación regulatoria. También puede contribuir al desarrollo económico local y crear oportunidades de trabajo en nuestro país.
Es importante tener en cuenta que las estrategias y destinos específicos de nearshoring en el sector energético pueden variar según la empresa, el tipo de recurso energético y los factores regionales involucrados.
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