Mikhail Smyshlyaev del Instituto para el Desarrollo de Tecnologías de Combustibles y Energía (IRTTEK)
– En los últimos años, los países africanos han redoblado sus esfuerzos para atraer inversiones a sus industrias del petróleo y el gas. ¿Cuáles son los problemas más comunes a la hora de invertir en infraestructuras de petróleo y gas en los países africanos? ¿Y qué se está haciendo para resolverlos?
Aunque cada país africano se enfrenta a retos distintos, hay varios temas recurrentes que resultan evidentes para algunos Estados del continente, aunque se están realizando esfuerzos para abordarlos. Entre estos retos se encuentran la inestabilidad política, la inestabilidad presupuestaria, la inseguridad y el vandalismo contra los bienes, el cambio climático y los problemas de financiación, y el déficit de infraestructuras. Los países africanos están tomando medidas para mejorar la situación aplicando políticas fiscales sostenibles, centrándose en el gas natural como combustible de transición, aumentando el compromiso con las comunidades anfitrionas para garantizar la seguridad de los activos y atrayendo la inversión privada a través de asociaciones público-privadas. Además, los países africanos están trabajando con países occidentales y organizaciones mundiales para conseguir financiación y conocimientos técnicos para ambiciosos proyectos de energía limpia. También están colaborando con países vecinos en proyectos de infraestructuras regionales e invirtiendo en proyectos de infraestructuras locales para facilitar el transporte de energía a zonas remotas.
– ¿Y qué decir de la eficacia de estas acciones?
Todos estos esfuerzos están dando sus frutos, ya que, a pesar de la reducción de la inversión en algunos países africanos debido a la paralización de proyectos, el gasto total de capital en la producción de petróleo y gas en la región ha aumentado hasta los niveles anteriores a la pandemia y se espera que se mantenga estable.
– África sólo representa el 4% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, pero está sufriendo los efectos más graves del cambio climático. ¿Cómo se está desarrollando la transición energética en África?
Así es, África representa alrededor del 3.8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, pero también es el continente más vulnerable al cambio climático, ya que experimenta olas de calor, sequías e inundaciones más graves. Un informe reciente mostraba que 48 de los 55 países africanos están explorando o desarrollando reservas fósiles, construyendo infraestructuras alimentadas por combustibles fósiles o infraestructuras energéticas alimentadas por combustibles fósiles. Esto pone de manifiesto el estado actual de la transición energética en África.
– ¿Qué se puede decir sobre el estado de la transición energética y sus perspectivas?
Las opiniones sobre la transición energética en África varían. Algunos sostienen que no es responsable de los efectos del cambio climático y debería ser libre de utilizar sus abundantes recursos de petróleo y gas para desarrollar su economía, como han hecho los países occidentales en el pasado. Los estudios confirman un vínculo positivo entre el consumo de energía y el crecimiento económico.
Otros ven la transición energética como una oportunidad para que África diversifique sus recursos energéticos y aproveche toda la gama de recursos energéticos -petróleo y gas, energía nuclear, renovables y energías limpias- para resolver los problemas energéticos de África y proporcionar seguridad energética y acceso a la energía en zonas conectadas a la red y fuera de ella.
Algunos críticos perciben la transición energética como una maniobra política de Occidente y critican la hipocresía occidental cuando la UE volvió temporalmente al uso de combustibles fósiles, especialmente el carbón, a pesar de sus compromisos climáticos durante la crisis energética del invierno de 2022. A pesar de estos puntos de vista divergentes, algunos países africanos están dando prioridad al desarrollo de energías renovables para el consumo local, mientras se centran en desarrollar los recursos de petróleo y gas para la exportación.
Además, algunos países aspiran a convertirse en líderes en la producción de energías limpias para la exportación: Namibia y Angola aspiran a convertirse en líderes mundiales en la producción de hidrógeno limpio. Argelia, por su parte, se ha centrado en el desarrollo de energías renovables a nivel nacional y en la producción de gas para la exportación.
– En los últimos años y meses, el sector del petróleo y el gas ha estado en constante agitación y en perpetua turbulencia. ¿Cómo está afectando esto a los productores africanos y, en general, cuáles diría que son los planes prioritarios de los productores locales para los próximos meses?
Los países africanos son optimistas respecto al año en curso, ya que muchos megaproyectos energéticos se encuentran en distintas fases, desde la puesta en marcha hasta la posible FID y la ejecución. Estos proyectos, curiosamente, abarcan desde la exploración y producción de petróleo y gas convencional en fases anteriores, intermedias y posteriores hasta las energías renovables y otras energías limpias como el hidrógeno.
Un avance importante es el inicio de la producción de la refinería nigeriana de Dangote en enero de 2024, la mayor refinería de una sola unidad del mundo, tras varios retrasos. De cara al futuro, esperamos avances en otros proyectos importantes, como el proyecto FLNG en el Congo, el proyecto hidroeléctrico de 1,500 MW en Mozambique, el proyecto de línea de transmisión Mauritania-Malí de 900 millones de dólares apoyado por el BAfD y otros.
El futuro también promete iniciativas como el gasoducto Nigeria-Marruecos, una refinería en Uganda, un parque verde de hidrógeno en Namibia, un proyecto de ESTC en Sudáfrica, un proyecto de oleoducto en África Oriental y un complejo solar de 800 MW en Marruecos. África está viviendo una revolución solar, aprovechando su enorme potencial eólico, desarrollando hidrógeno limpio, recibiendo inversiones récord en infraestructuras energéticas, aumentando las reservas de petróleo y gas e impulsando la producción para uso nacional y exportación.
Estas tendencias dibujan un panorama alentador en el que África toma las riendas de su futuro hacia una mayor seguridad energética y se convierte en un actor muy importante en el cambiante panorama energético mundial. Por supuesto, la consecución de estos ambiciosos objetivos requerirá el compromiso y la acción decidida de los gobiernos africanos, así como el apoyo de los socios internacionales.
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