La agencia Fitch Ratings decidió mantener la calificación crediticia de largo plazo en ‘BBB-’ para Acciona Energía, pero cambió su perspectiva a “negativa”, lo que refleja un escenario de mayor presión sobre las finanzas de la compañía.
El ajuste responde a los retrasos en el plan de desinversiones de 3,000 millones de euros, considerado esencial para reducir deuda. La demora ha incrementado los niveles de apalancamiento, lo que genera dudas sobre la capacidad de la empresa para sostener sus métricas en un entorno de precios de energía más débiles previsto para 2026-2028.
Fitch subrayó que el desempeño operativo esperado para 2025 muestra señales de deterioro, lo que obliga a la compañía a evaluar alternativas como moderar inversiones, ajustar dividendos o acelerar ventas de activos. “La disciplina financiera será determinante para estabilizar la perspectiva”, indicó la agencia.
A pesar de la advertencia, la calificadora reconoció que Acciona Energía conserva un perfil sólido, sustentado en una cartera diversificada de proyectos renovables y en la elevada proporción de ingresos contratados a largo plazo, que aportan visibilidad de flujos de caja.
Entre los factores que podrían presionar aún más la nota se encuentran un apalancamiento estructural elevado, retrasos en nuevos proyectos y un entorno regulatorio desfavorable. En contraste, una reducción sostenida de la deuda y una mejora en el flujo de caja libre podrían respaldar un regreso a la perspectiva “estable”.
Fitch también recordó que, aunque Acciona Energía cuenta con el respaldo del grupo Acciona, su riesgo de crédito se evalúa de manera independiente, lo que refuerza la importancia de las decisiones estratégicas que adopte en los próximos años.






