La empresa estadounidense Halliburton advirtió que las tasas de declive en la producción petrolera de México están generando presión para reactivar operaciones, en medio de retrasos prolongados en los pagos por parte de Pemex. La compañía señaló que los problemas financieros con la estatal “aún no se han resuelto”, lo que ha limitado la actividad de proveedores en el país.
En mayo, la producción de crudo y condensados de Pemex cayó 8.4%, alcanzando 1.64 millones de barriles por día, según cifras oficiales. La falta de pagos ha llevado a empresas de servicios petroleros a reducir significativamente sus operaciones, en un entorno marcado por la deuda acumulada de Pemex, considerada la más alta entre compañías energéticas a nivel global.
La firma SLB, principal competidor de Halliburton, también se pronunció sobre la situación. “Creemos que ya estamos ahí. Ahora solo estamos esperando para ver cuáles serán los próximos pasos que podrían ayudar a liberar el valor de los activos en México”, declaró su director ejecutivo, Olivier Le Peuch, durante la llamada de resultados. SLB aseguró estar lista para colaborar con Pemex en la resolución de los pendientes.
La Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (AMESPAC) alertó que muchas compañías podrían detener operaciones tan pronto como en julio. En una carta enviada en junio, pidió a Pemex liberar la facturación de servicios prestados en 2023, garantizar pagos regulares este año y diseñar un plan para saldar las deudas históricas con el sector.
Pemex mantiene compromisos pendientes con proveedores por aproximadamente 20,000 millones de dólares, además de una deuda financiera que supera los 101,000 millones. A pesar de los recursos públicos destinados en años recientes, el rezago en pagos continúa afectando la viabilidad operativa del sector petrolero en México.






