La administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, suspendió la licencia que permitía exportaciones de gas licuado de petróleo (GLP) a la estatal venezolana PDVSA, estableciendo como fecha límite de descarga el 5 de septiembre, siempre que el producto haya sido embarcado el 7 de julio o antes.
La autorización, vigente desde 2021, había sido concedida como excepción dentro del marco de sanciones energéticas. Sin embargo, Venezuela no ha utilizado esta licencia para adquirir GLP en los últimos años. Este combustible, utilizado principalmente como fuente doméstica para cocinar, representa una necesidad básica en el país sudamericano.
La medida se suma a otras restricciones que han limitado las operaciones de PDVSA. En respuesta, Venezuela ha redirigido sus exportaciones hacia mercados asiáticos, utilizando intermediarios para colocar crudo en refinerías independientes.






