En el primer trimestre de 2025, la generación de energía limpia en México disminuyó a un 24%, comparado con el 26.4% del mismo período en 2021, según el informe más reciente del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Aunque en términos absolutos se registró un incremento del 8.7% en la generación total, pasando de 72.3 TWh en 2021 a 78.6 TWh en cuatro años, esta proporción refleja un retroceso en el balance energético del país, donde el uso de combustibles fósiles continúa cubriendo gran parte de la demanda nacional.
El IMCO destacó que, mientras algunas tecnologías limpias, como la fotovoltaica y la nuclear, tuvieron avances significativos de 4.6% y 50.2%, individualmente; otras fuentes clave, como la hidroeléctrica, la geotérmica y la biomasa, reportaron caídas del 23.5%, 13.8% y 2.4%, respectivamente.
Este desbalance ha reducido la participación de las energías limpias en la matriz energética nacional, alejando a México de sus compromisos adquiridos en el Acuerdo de París, que establece como meta generar el 35% de energía limpia para 2024.
En 2020, el costo de producir un megawatt-hora con fuentes renovables fue de 401 pesos, mientras que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) gastó 1,413 pesos en generación con combustibles fósiles. A pesar de ello, la política energética nacional ha priorizado a la CFE y restringido la inversión privada, limitando el crecimiento de tecnologías limpias como la eólica y la solar.
Esta tendencia también está reflejada en el Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030, que proyecta que las energías renovables representarán solo el 21.5% del total para 2030, lejos del 45% comprometido en el Acuerdo de París. El IMCO alertó que esta situación podría tener implicaciones negativas no solo ambientales, sino también económicas, al afectar la competitividad del sector energético y comprometer el futuro sostenible del país.






