El presidente de Rusia, Vladímir Putin, decidió extender la prohibición de exportación de crudo hasta el 31 de diciembre de este año. Esta medida, inicialmente impuesta el 1 de febrero de 2023, ha sido prorrogada en varias ocasiones y actualmente estaba programada para expirar el 30 de junio.
El decreto, publicado en el portal de informaciones legales del Estado ruso, prohíbe el suministro de petróleo e hidrocarburos rusos a países que imponen límites a los precios del crudo ruso, como respuesta a las restricciones establecidas por el G7, la Unión Europea y Australia debido a la situación en Ucrania.
En diciembre de 2022, la Unión Europea prohibió la compra de petróleo ruso por vía marítima, mientras que el G7, Australia y los Veintisiete fijaron un tope de 60 dólares por barril para el crudo ruso, medida extendida posteriormente a los hidrocarburos.
Putin ha criticado estas medidas como «atavismo colonial», asegurando que Rusia no sufrirá pérdidas financieras. Sin embargo, advirtió que la manipulación artificial de precios podría tener consecuencias devastadoras para el mercado energético internacional, incluyendo la reducción de inversiones y un potencial aumento en los precios globales.
En respuesta a estas restricciones, Rusia ha redirigido sus exportaciones de petróleo e hidrocarburos hacia mercados alternativos como China e India, ofreciendo condiciones comerciales preferenciales a estos países.
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