Shell ha decidido no continuar con su proyecto de construcción de una planta de hidrógeno con bajas emisiones de carbono en la costa oeste de Noruega, citando la falta de demanda en el mercado. Este anuncio sigue la decisión de Equinor, que también canceló un proyecto similar en el país escandinavo. La falta de clientes y un marco normativo inadecuado han sido factores clave para ambas cancelaciones.
Equinor había planeado construir un gasoducto para transportar hidrógeno de Noruega a Alemania, pero la viabilidad económica no se materializó. Este proyecto habría permitido la exportación de hasta 10 gigavatios anuales de hidrógeno azul a Alemania. Sin embargo, los costos elevados y la ausencia de una demanda sólida llevaron a la cancelación.
El hidrógeno azul, obtenido a partir de gas natural con captura y almacenamiento de carbono, ha sido considerado una opción importante para descarbonizar la industria europea, pero sigue siendo más costoso que los métodos convencionales. A nivel global, solo el 12% de las plantas de hidrógeno tienen clientes asegurados con acuerdos firmes, lo que dificulta la viabilidad de estos proyectos.
El sector del hidrógeno enfrenta desafíos, ya que la demanda aún no ha alcanzado los niveles esperados, afectando tanto a los proyectos en Noruega como en otras regiones.