A más de un mes del llamado del director de Pemex, Víctor Rodríguez, para que empresarios del sector de hidrocarburos se sumen a proyectos de asociación, la respuesta del sector privado sigue sin concretarse. La estatal busca elevar la producción de crudo y gas en medio de una deuda histórica con proveedores.
La petrolera reportó pasivos por 28,000 millones de dólares a septiembre, cifra que mantiene la desconfianza de productores y empresas de servicios. Aunque desde octubre se agilizaron pagos con un fondo de 13,000 millones de dólares, persisten adeudos del 2024 que aún no han sido resueltos.
Rodríguez anunció que antes de finalizar el año se adjudicarán cerca de una docena de contratos mixtos, esquema que pretende atraer inversión privada en proyectos de aguas someras, tierra y aguas profundas. La meta es alcanzar 1.7 millones de barriles diarios y aumentar en 40% la producción de gas natural. “Estamos abiertos. Hágannos las propuestas”, dijo el funcionario en un evento energético en la capital.
Analistas advierten que los impagos a proveedores son un obstáculo para la estrategia. Rafael Espino, director de Amespac, señaló que “cuando se incumple con la proveeduría se compromete la producción y se degrada la cadena de valor”. Entre los acreedores figuran compañías internacionales como SLB, Baker Hughes, Halliburton y Hokchi Energy, además de grupos nacionales como Carso y Grupo México.
La iniciativa de Pemex se enmarca en el plan energético de la administración de Claudia Sheinbaum, que considera los contratos mixtos como herramienta clave para robustecer la producción. Sin embargo, las condiciones legales —participación mínima del 40% de Pemex y tope del 30% en recuperación de costos— generan dudas sobre su atractivo. El sector privado espera ajustes que permitan mayor flexibilidad antes de comprometerse en nuevos proyectos.






