La Unión Europea formalizó un nuevo paquete de medidas restrictivas como parte de su estrategia para presionar a Rusia por la prolongación del conflicto en Ucrania. Se trata del 18º paquete de sanciones, centrado principalmente en reducir los ingresos energéticos del gobierno ruso y limitar su capacidad operativa.
Entre los puntos clave, se acordó una reducción en el precio máximo del petróleo ruso exportado, con un tope del 15% por debajo del valor de mercado, equivalente a aproximadamente 48 dólares por barril. El paquete también incorpora la ampliación de la lista de embarcaciones sancionadas, al incluir 70 nuevos navíos asociados a la llamada “flota fantasma”, con lo que el total asciende a 419 buques vinculados a operaciones de elusión de restricciones.
Además, se aplican sanciones a una refinería de propiedad rusa ubicada en India y a dos bancos con sede en China, así como una prohibición de transacciones relacionadas con los gasoductos Nord Stream 1 y 2, actualmente inactivos pero considerados activos estratégicos.
El paquete fue acordado por los representantes permanentes de los países del bloque en Bruselas y posteriormente validado a nivel ministerial. Su propósito es debilitar la capacidad de financiamiento ruso sin desestabilizar el mercado global. La iniciativa también busca enviar una señal firme de que Europa mantendrá su respaldo a Ucrania en todos los frentes diplomáticos y económicos.
Aunque algunas naciones expresaron preocupaciones internas —entre ellas Eslovaquia, por el impacto local que podrían tener estas medidas— el consenso se logró tras recibir garantías energéticas por parte del bloque. Con esta acción, la UE refuerza su posición y espera que otros actores internacionales amplíen la coordinación frente a los desafíos del conflicto.






