Mark Carney, exgobernador del Banco de Inglaterra y enviado especial de la ONU para el Clima en 2021, fue electo Primer Ministro de Canadá tras una victoria electoral que refleja el respaldo ciudadano a su enfoque tecnocrático y su visión económica frente a las tensiones con Estados Unidos. Su llegada al poder marca un giro estratégico en la política energética del país, alineada con su labor previa en la ONU, donde promovió la descarbonización como «la mayor oportunidad comercial de nuestro tiempo».
Claves de su política energética
- Inversión privada en net-zero:
Carney impulsará al sector financiero a priorizar proyectos que aceleren la neutralidad de carbono, replicando su discurso en la ONU: «Las empresas que reduzcan emisiones serán recompensadas; las que se rezaguen, penalizadas» . Bajo su mandato, se espera que bancos y fondos de pensiones canadienses adopten criterios estrictos de alineación climática. - Transparencia corporativa obligatoria:
Implementará la disclosure obligatoria de huella de carbono para grandes empresas, una medida que defendió como esencial para «gestionar lo que se mide». Esto incluirá auditorías en cadenas de suministro, incluso para pymes proveedoras. - Energía «limpia y convencional»:
Aunque su plan mantiene el estatus de Canadá como «superpotencia energética», combinará el desarrollo de hidrógeno verde y redes eléctricas limpias con tecnologías controvertidas como captura de carbono para la industria fósil. Críticos señalan que esto podría ralentizar el abandono de los hidrocarburos. - Alianzas globales y financiamiento innovador:
Priorizará acuerdos con la UE y mercados asiáticos para exportar tecnologías limpias, aprovechando el CETA (tratado UE-Canadá). Además, promoverá bonos de transición y esquemas de «financiamiento mixto» (público-privado) para proyectos en países en desarrollo. - Adaptación y riesgos climáticos:
Como exregulador bancario, Carney alertó que el costo de eventos climáticos extremos se quintuplicó en 25 años. Su gobierno reforzará seguros y resiliencia infraestructural, especialmente en regiones vulnerables.
Carney hereda un país en tensión con EE.UU. por aranceles y amenazas de anexión, lo que podría acelerar su apuesta por la autonomía energética. Sin embargo, su equilibrio entre pragmatismo industrial y ambición climática ya genera escepticismo: «¿Carbon Capture Carney financiará más a los combustibles fósiles que a las renovables?», cuestionó Greenpeace.
Próximos pasos:
🔸Presentará su plan detallado en la COP30 (2025), donde buscará posicionar a Canadá como líder climático.
🔸Negociará con provincias rebeldes como Alberta, cuya economía depende del petróleo.
Con un Parlamento sin mayoría absoluta, su habilidad para conciliar crecimiento económico y ecología será prueba de fuego. «El clima no es ideología; es matemática», declaró en la ONU. Ahora, debe traducirlo en política real.