El reciente informe sobre la inflación de los precios energéticos en Latinoamérica y el Caribe revela un aumento anual del 1.96% y una tasa mensual del 0.58%. Esta primera evaluación, elaborada conjuntamente por la Organización Latinoamericana de la Energía (Olade) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), sugiere una posible estabilización en la región.
Durante los dos últimos años, se observó una volatilidad significativa en los precios energéticos. Desde un pico de inflación del 18.41% hasta valores negativos en septiembre de 2023, factores como la retirada de subsidios y las repercusiones geopolíticas, como la invasión rusa a Ucrania, han influido en estos cambios.
Andrés Rebolledo, secretario ejecutivo de Olade, atribuyó la alta inflación inicial a la retirada de subsidios y a la situación geopolítica mundial. Sin embargo, señaló una mejora posterior gracias a la reactivación de la cadena logística de comercio internacional y un aumento en la producción de hidrocarburos en la región.
A pesar de la volatilidad, Latinoamérica ha logrado amortiguar la escalada internacional de precios energéticos mejor que la mayoría de los países de la OCDE. Esto se atribuye en parte a la presencia significativa de energías renovables en la matriz energética regional, que constituye el 65% de la generación eléctrica.
Rebolledo enfatizó la importancia de la diversificación energética y la integración regional para fortalecer la resiliencia ante crisis y choques externos. Recomendó políticas coherentes y la firma de contratos a largo plazo para garantizar estabilidad en los precios y el suministro energético.
El informe destaca la necesidad de seguir diversificando la matriz energética, incorporando más energías renovables y fortaleciendo la integración regional para enfrentar los desafíos energéticos con mayor resiliencia.
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