El analista y experto del sector energético, Ramses Pech, expuso que ante un COVID19 todavía no erradicado, México deberá encontrar la manera de evitar el incremento de casos, debido a que hoy, tanto el virus como la guerra comercial dentro de la OPEP son dos situaciones letales para las economías a las que el país no tiene manera de hacer frente.
Destacó que, en el primer trimestre del año, el precio del barril promedia por debajo de los 45 dólares, con consecuencias como menos dinero por pago de derechos e impuestos por parte de Pemex; un tipo de cambio por arriba de 20 pesos ante el cual el Banco de México deberá inyectar dólares al mercado para evitar la depreciación del peso, sumando la eliminación de estímulo a combustibles.
Aseguró que el país que tenga menos casos de COVID19 y apertura a la inversión, tendrá planes de crecimiento a mediano plazo en la economía mundial, sobre la cual, Rusia ve una ventana para tomar el control, al no pactar reducción de producción global, en tanto el precio del WTI por debajo de los 40 dólares afecta a Estados Unidos.
«El nuevo negocio de productores de petróleo será producir y almacenar para cuando pase la contingencia del virus y con base en los acuerdos a los que lleguen los países de la OPEP. Urge que entre dinero nuevo de inversionistas, pues ahora el dinero costará menos porque los bancos centrales bajarán el costo», manifestó.
Por su parte, el especialista en materia energética Jonathan Ruiz Torre, retomó lo expuesto por el Foro Económico Mundial en relación a que China es el mercado de automóviles más grande del mundo y Wuhan, el hogar de plantas automotrices de GM, Honda, Nissan, Peugeot y Renault, por lo que, a partir de la contingencia viral, la lógica es que si no crece el número de vehículos en las calles, también habrá un impacto en el consumo de gasolina, además de que las plantas que más consumen derivados de petróleo se encuentran cerradas, lo que también propicia la caída del precio del crudo.
Refirió que en la apertura del lunes 9 de marzo en los mercados de Asia, los precios del petróleo se desplomaron un 20 por ciento en minutos y los inversionistas vendieron activos que, según consideraron, representan un mayor riesgo en momentos de incertidumbre, como los pesos mexicanos. La moneda nacional cayó cinco por ciento y el dólar llegó a cotizar por encima de los 21 pesos.
«El mundo es otro. Si bien hoy lo que enfrenta es una epidemia que pasará, lo que subyace y queda es una realidad en la que, aparentemente, ningún trato es del todo fiable, en ningún lado. La confianza se rompe rápidamente y eso es la base de todo el sistema financiero internacional. El riesgo aumenta. México necesita a sus mejores mujeres y homres ya», concluyó.