El 24 de junio, la Comisión Federal de Electricidad (CFE, Baa1 negativo), la principal empresa eléctrica de México, envió una solicitud de arbitraje a Infraestructura Marina del Golfo, una empresa conjunta entre TC Energy Corporation (anteriormente Transcanada Corporation, Baa2 estable) e Infraestructura Energética Nova (IEnova, Baa1 negativo) en relación con los pagos de CFE por un gasoducto que aún no está operativo. La solicitud de arbitraje es negativa para IEnova y TC Energy.
A pesar de que el Plan Nacional de Desarrollo de México establece explícitamente que este tipo de contratos serán respetados, el inicio de esta disputa legal por parte de la CFE es un crédito negativo significativo para el sector energético, ya que socava la confianza del mercado y de los inversionistas. Esto también es un crédito negativo para la CFE, ya que desincentiva las futuras asociaciones con el sector privado para desarrollar infraestructura.
Adicionalmente, el 26 de junio, CFE también envió una solicitud de arbitraje a Carso Gasoductos S.A. de C.V., exigiendo la anulación de ciertas cláusulas del contrato relacionadas con el oleoducto Samalayuca- Sásabe que corre en los estados de Chihuahua y Sonora.CFE está solicitando el reembolso de los pagos por capacidad fija -la cantidad no es pública- que se han realizado por causas de fuerza mayor no reveladas.
Si el oleoducto comienza a operar en 2019, el flujo de caja representará entre el 8% y el 9% del EBITDA ajustado de Moody’s para IEnova y podría aumentar hasta aproximadamente el 15% en 2020 y en el futuro. El proyecto tiene un efecto más modesto en TC Energy dado su gran tamaño y aproximadamente 7.000 millones de dólares en EBITDA.
El Gasoducto Marino producirá un aumento del 40% en la capacidad actual de importación de gas natural de México, ofreciendo el potencial para ayudar a resolver el problema de la
la escasez de gas en el sur de México a través de la conexión del gasoducto Mayakan.