El gobierno de Estados Unidos destinará 1,500 millones de dólares a proyectos clave de transmisión eléctrica con el objetivo de reforzar la red nacional, promover la energía limpia e impulsar la creación de empleos en seis estados: Luisiana, Maine, Misisipi, Nuevo México, Oklahoma y Texas. Esta inversión es parte de la segunda fase del Programa de Facilitación de Transmisión, financiado por la ley de infraestructura bipartidista de 2021.
Los proyectos contemplan la construcción de 1,600 kilómetros de nuevas líneas de transmisión, lo que generará alrededor de 9,000 empleos. Uno de los beneficiados será el Proyecto de Energías Renovables de Aroostook, que permitirá a Nueva Inglaterra aprovechar la energía eólica producida en Maine. Además, la línea Cimarron Link, de 640 kilómetros, conectará la energía eólica y solar de Texas con Oklahoma.
Otro proyecto destacado es el Southern Spirit, que construirá 515 kilómetros de líneas de transmisión para conectar Texas con los mercados eléctricos del sureste, previniendo apagones en condiciones climáticas extremas como la tormenta Uri de 2022.
El Departamento de Energía ha señalado la importancia de ampliar la capacidad de transmisión antes de 2050, lo que podría generar ahorros valorados en cientos de miles de millones de dólares, además de garantizar la confiabilidad de la red.