El Departamento de Energía de Estados Unidos (DoE) anunció una reorganización que prioriza los recursos petroleros y nucleares, dejando fuera a las áreas dedicadas a la eficiencia energética y las energías renovables. El nuevo organigrama fue presentado como parte de la agenda de dominio energético impulsada por el presidente Donald Trump.
La medida implica la desaparición de la Oficina de Eficiencia Energética y Energías Renovables, que coordinaba proyectos de investigación en tecnologías solares, eólicas y de transporte, así como la eliminación de la Oficina de Demostraciones de Energía Limpia, creada durante la administración de Joe Biden.
En contraste, se anunciaron nuevas divisiones como la Oficina de Hidrocarburos y Energía Geotérmica y la Oficina de Fusión, además del cambio de nombre de la Oficina de Programas de Préstamos, que ahora se denomina Oficina de Financiación del Dominio Energético. El DoE no precisó si habrá impacto en los empleos de la agencia.
El secretario de Energía, Chris Wright, defendió la reorganización al señalar que busca “restaurar el sentido común en la política energética” y reducir costos para familias y empresas. También afirmó que los cambios permitirán garantizar una energía “asequible, confiable y segura” para la población estadounidense.
La decisión marca un giro en las prioridades de la política energética federal, debilitando las áreas de innovación en energías limpias y eficiencia energética, mientras se refuerza el papel de los hidrocarburos y la energía nuclear como pilares de la estrategia nacional.






