El pasado 29 de abril, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) decidió suspender las pruebas preoperativas en todas las instalaciones de energía solar y eólica que aún no están en operación comercial a partir del 3 de mayo y durante la emergencia por el Covid-19.
Esta decisión, una de las medidas anunciadas por el Cenace en medio de la pandemia y la contracción de la demanda de electricidad, aplicó para la planta solar El Llano, propiedad y operada por Neoen, así como para varias docenas de plantas renovables de compañías privadas, las cuales representan varios gigavatios de capacidad de electricidad verde.
Como resultado, El Llano tuvo que detener su producción el 3 de mayo. La construcción de esta instalación fotovoltaica de 375 MWp se completó a inicios de año, y estaba en el proceso de pruebas preoperativas con el Cenace antes de lo programado, con la entrada en vigor de un acuerdo de compra de energía a largo plazo a principios de julio de 2020.
La central eléctrica de El Llano comenzó a inyectar energía a la red eléctrica de México en febrero, y esta energía se vendió en el mercado spot. La planta de energía solar El Llano de Neoen genera parte de la electricidad más competitiva en cuanto a precios de todo el mundo (menos de $19 dólares por MWh).
El déficit de EBITDA causado por el cierre temporal de su instalación se estima en hasta $2 millones de dólares por mes.
No obstante, Neoen está lista para volver a poner en servicio la central eléctrica de El Llano para reanudar la inyección de energía a la red y reanudar las pruebas preoperativas tan pronto como el Cenace levante su suspensión.
Neoen, que llegó por primera vez a México en 2013, sigue firmemente comprometido a suministrar al país energía verde, confiable y rentable.