China y Rusia han acordado intensificar su cooperación en el Ártico, particularmente en el desarrollo de las rutas marítimas de la región. El acuerdo se centra en la expansión de la Ruta Marítima Septentrional, que abarca 5.600 km desde el mar de Barents, cerca de Escandinavia, como parte de sus esfuerzos conjuntos en esta zona estratégica.
Recientemente, dos buques chinos de carga pesada llegaron al proyecto Arctic LNG 2 en Rusia, después de un largo trayecto a través de los hielos del Ártico. Este proyecto, que forma parte de la estrategia energética rusa, enfrenta complicaciones debido a la interrupción temporal de sus operaciones por parte de la empresa Novatek, lo que podría retrasar el desarrollo de la infraestructura energética en la región.
Además, las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados occidentales contra el proyecto Arctic LNG 2 han llevado a la suspensión de la participación de accionistas extranjeros, afectando la financiación y los contratos asociados al proyecto.
China y Rusia han mantenido un diálogo sobre el Ártico desde 2013, con objetivos compartidos, aunque cada país tiene su propia visión sobre el desarrollo de la región. Rusia busca explotar los recursos naturales y fortalecer su presencia en el Ártico, mientras que China aboga por un enfoque más inclusivo y sostenible.
La relación entre ambos países ha evolucionado, con China posicionándose como el segundo mayor comprador de crudo ruso. En 2023, reafirmaron su «asociación integral» y su «cooperación estratégica», destacando su postura frente a las alianzas lideradas por Occidente.