La Ciudad de México utilizará la energía solar generada en la Central de Abasto para alimentar sus autobuses eléctricos. La presidenta Claudia Sheinbaum, quien asumió el poder esta semana, había anunciado la instalación de una central fotovoltaica en este emblemático mercado, uno de los más grandes del mundo, en 2022.
Este proyecto, que consta de dos fases, busca reducir la dependencia de combustibles fósiles en el país. La primera fase ya está en operación, con paneles solares que han logrado disminuir las facturas de electricidad en aproximadamente 3 millones de pesos al año. La segunda fase, que comenzará en enero, permitirá que más de 300 autobuses funcionen con la energía generada por 32.100 módulos fotovoltaicos, previniendo la emisión de 13.000 toneladas de CO2 al año, según José Alberto Valdés, jefe de energía de la ciudad.
El departamento de energía venderá la electricidad a la unidad de transporte, con proyecciones de ahorro de al menos 18 millones de pesos anuales. La inversión inicial fue de 400 millones de pesos, con un adicional de 200 millones para proteger los paneles de desastres naturales.
A pesar de los avances, algunos departamentos gubernamentales aún enfrentan desafíos para modernizar sus infraestructuras, lo que representa una oportunidad perdida para generar ahorros a largo plazo, según Valdés.
La Central de Abasto, que abre a las 4 de la mañana y maneja 100,000 toneladas de producto diariamente, es un pilar en el suministro de alimentos en la capital mexicana, vendiendo alrededor de 1,000 millones de pesos por día. Con estos esfuerzos, la nueva administración busca impulsar las energías limpias en México, donde solo el 30% de la energía proviene de fuentes renovables.