El primer ministro de Canadá, Mark Carney, firmó un memorando de entendimiento con Alberta para avanzar en la construcción de un oleoducto hacia la costa del Pacífico, con el objetivo de impulsar las exportaciones de petróleo a Asia. La decisión, anunciada este jueves, genera debate por el contraste con los compromisos climáticos de Ottawa.
El acuerdo establece que el proyecto busca compensar los efectos de la guerra comercial con Estados Unidos, y responde a la estrategia de Carney de fortalecer el comercio exterior. “La prioridad del acuerdo, por supuesto, es contar con un oleoducto a Asia”, declaró el primer ministro junto a la mandataria de Alberta, Danielle Smith, quien ha criticado las políticas ambientales del ex primer ministro Justin Trudeau por limitar el crecimiento económico de la provincia.
Carney, originario de Alberta y ex enviado de la ONU para el clima, intenta mejorar las relaciones con Smith y proyectar a Canadá como una superpotencia energética. Sin embargo, enfrenta críticas internas por lo que algunos consideran una traición a los compromisos climáticos del país, incluso dentro de su propio partido. El primer ministro defendió el proyecto al señalar que se desarrollará junto al Proyecto Pathways, considerado el mayor plan de captura de carbono en el mundo.
La construcción del oleoducto aún está en etapa preliminar. Una propuesta formal se espera para julio de 2026, e incluye la consulta con grupos indígenas y la posibilidad de copropiedad indígena en la infraestructura. No obstante, varias Primeras Naciones han manifestado su oposición a proyectos petroleros de gran escala, lo que anticipa un escenario de tensión social y política.
El trazado del oleoducto también debería atravesar la Columbia Británica, una provincia gobernada por sectores progresistas que se han distanciado del acuerdo. Este factor añade complejidad al proyecto y anticipa un debate nacional sobre el futuro de la energía canadiense, entre la necesidad de inversión y las exigencias de la transición climática.






