Al cancelar las subastas de largo plazo se pierde una herramienta para incorporar con mayor facilidad proyectos de energía limpia, pues se limita la inversión en estas tecnologías y, por lo tanto, no se reducen los precios de la electricidad al no haber competencia, exponen especialistas de Plataforma México Clima y Energía (PMCE).
Dichas subastas permiten a los inversionistas tener mayor certidumbre sobre los ingresos durante la vida útil de sus proyectos, pues les permite establecer los precios de sus productos de forma contractual, así como reconocer el valor de la energía, dependiendo del momento y la ubicación donde se produce.
Se suma a este mecanismo la posibilidad de incorporar la compra de potencia y de energía limpia a través de los Certificados de Energía Limpia (CEL). En las subastas a largo plazo, que se pueden realizar anualmente, se permiten comercializar tres productos: energía eléctrica, potencia y CEL; la duración de los contratos depende del producto que se comercialice.
Hasta inicios de 2019, el CENACE ha realizado tres subastas de largo plazo, con resultados que han destacado a nivel mundial, demostrando ser una herramienta que fomenta los proyectos de energías limpias y ha sido un detonante para la alta participación e inversión. En términos generales, las tres subastas se han traducido en una inversión cercana a 9 mil millones de dólares y casi 8 GW adicionales de capacidad de energía renovable a la ya existente.
De acuerdo con datos de Plataforma México Clima y Energía, el fallo de la primera subasta de largo plazo se dio a conocer el 31 de marzo de 2016; se declararon 18 ofertas ganadoras de once empresas que desarrollan proyectos en siete estados del país. Lo anterior significó una inversión de 2,200 millones de dólares a ejercerse en los tres años consecutivos a la ejecución de la subasta.
En esta subasta se adjudicó una capacidad equivalente a 2,085 MW, entre eólica (26%) y solar (74%) y 5.4 millones de CEL. En términos de precios de la energía, la subasta mostró que la solar ya es competitiva respecto a otras tecnologías, tales como la eólica. Para la energía solar se logró un precio de 45.2 dólares por MWh y para la eólica 55.4 dólares por MWh. El precio del paquete energía y CEL fue de 47.78 dólares por MWh.
Para la segunda subasta, cuyo fallo se dio el 23 de septiembre de 2016, las ofertas ganadoras fueron 56 derivadas de 24 empresas. Los proyectos propuestos impactarán a ocho estados del país. La inversión se duplicó y alcanzó una cifra de 4,400 millones de dólares con una capacidad de 2,871 MW de energía eólica (44%), solar (54%) y geotérmica (2%), 9.3 millones de CEL y 1,187 MW por año de potencia.
Esta subasta también alcanzó precios muy competitivos y registraron precios aproximadamente 30% más bajos respecto a los de la primera subasta. El precio en dólares por MWh para la solar fue 31.9 y para la eólica 35.8. El precio del paquete energía y CEL en esta subasta fue de 33.5 dólares, 30% menor respecto a la primera subasta.
Finalmente, en la tercera subasta, que se llevó a cabo el 15 de noviembre de 2017, resultaron 46 ofertas ganadoras de 16 empresas, con proyectos en ocho estados. Se alcanzó una inversión de 2,400 millones de dólares, capacidad adicional de 2,562 MW de energía eólica (45%) y solar (55%), 5.95 millones de CEL y 593 MW de potencia.