La apuesta energética de esta administración se enfoca en la autosuficiencia, aunque la situación regulatoria actual mantiene al país lejos de ese objetivo. Por otra parte, las consultas de revisión del T-MEC en la materia ponen a México cada vez más cerca de un panel de controversia y, en el inter, las inversiones no llegan al país.
En el último año, el sector energético nacional ha atravesado por diversos cambios en materia regulatoria. La intención de fortalecer a las empresas estatales, como Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha llevado a la actual administración a tomar decisiones que impactan directamente sobre la industria y sus inversiones, no sólo a nivel nacional, sino aquellas que involucran un intercambio comercial, como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
El pasado mes de julio, Estados Unidos, y posteriormente Canadá, solicitaron a México iniciar una etapa de consultas por posibles violaciones a los acuerdos que forman parte del T-MEC, debido a que el país ha dado prioridad a las empresas del Estado, en materia de electricidad e hidrocarburos, por encima de algunas compañías extranjeras; lo que deriva en un posible trato discriminatorio.
En entrevista para Global Energy, Gonzalo Monroy, director general de la consultora especializada GMEC, comenta las implicaciones que ha tenido México desde la implementación de los diversos cambios a la política energética nacional. “Hemos visto que el ambiente de negocios se ha deteriorado para nacionales y extranjeros por igual. El problema de fortalecer a las empresas estatales fue limpiar el terreno de competidores para lograr una dominancia que no está basada en efectos positivos”, explica.
¿Qué sigue para México?
El panorama para México muestra complicaciones. De acuerdo con el director general de GMEC, es necesario dar reversa a la actual política energética para percibir cambios en el futuro, a mediano y largo plazo. “Toda la experiencia internacional de negocios y el sentido común dice que esa no es la ruta. A menos que el gobierno mexicano eche para atrás la política, estamos destinados a llegar a los paneles”.
Asimismo, de ser declarada una falta por parte de México, durante el primer semestre del próximo año se podría observar la imposición de una cantidad proporcional de dinero a pagar a ambos gobiernos.En caso de que México no cumpla con lo antes mencionado, Estados Unidos y Canadá podrían aplicar aranceles compensatorios proporcionales que afectarían directamente a grandes industrias como la automotriz y alimenticia.“Estados Unidos pudiera poner una comisión a las remesas, lo cual sería un golpe devastador a la economía mexicana, ya que de ahí dependemos en buena parte para mantener el tipo de cambio”, explica.
Para Gonzalo Monroy, el arbitraje de Estado a Estado permite ver cuatro puntos centrales en el reclamo de Estados Unidos y Canadá hacia México: el primero está relacionado con la reforma a Ley de la Industria Eléctrica, implementada en febrero de 2021, que otorga ventaja a la CFE en el despacho de electricidad. Con esto se observa una afectación al medio ambiente, debido a que la energía producida por la estatal proviene, en su mayoría, de fuentes fósiles.
Transición energética y otras prioridades… ¿perdidas?
Para el director de GMEC, dar reversa a los cambios implementados en materia energética no es poca cosa. Sin embargo, al cuestionarlo sobre las acciones que debería tomar el gobierno mexicano actualmente, considera que una parte importante radica en el futuro del país. “Podrían prevalecer las empresas estatales, pero significaría cambiar algunas prioridades, como la transición energética.Mientras todos los países del mundo buscan formas de bajar sus emisiones, México piensa en aumentarlas”.
A raíz de la pandemia por Covid-19, el mundo aceleró su camino hacia la transición energética. Como resultado, Gonzalo Monroy explica que, en la actualidad, en el ámbito financiero, cada vez es más difícil encontrar oportunidades de financiamiento para proyectos de exploración y desarrollo, especialmente en hidrocarburos y energías fósiles, pues los esfuerzos por transitar hacia una economía y una industria más limpia se enfocan en proyectos de nueva generación, como autos eléctricos y baterías.
El experto considera que México desperdicia una oportunidad de capitalizar el impulso masivo de energías renovables, ya que parece ir en sentido contrario a la tendencia global; sin embargo, detalla que el futuro aún se vislumbra a largo plazo. “Sabemos que el futuro no es inmediato, mañana y el próximo año se va a seguir consumiendo gasolina, diésel y en ese sentido las refinerías van a seguir operando, eso no va a cambiar”.
Lo que se espera
“Vamos a ver un impasse”. Desde la visión de Gonzalo Monroy, es inminente llegar a una situación en la que no haya grandes posibilidades de resolución. Por ello, es necesario esperar a los resultados de las consultas y, posteriormente, de los paneles de controversia, para definir la situación futura del sector energético nacional. “Tendremos que ver si hay un revés a la política energética que se ha implementado o simplemente quedará en este impasse”.
Para leer la versión completa de esta entrevista consulta la edición de septiembre de Global Energy.