Por Marisol Vázquez Guerra, Project & Solutions Engineer, y Luis González Valencia, Solutions Specialist de Endress+Hauser Group
¿Alguna vez te has preguntado qué es la generación distribuida?
La generación distribuida es la producción —o almacenamiento— de energía eléctrica a pequeña escala, lo más cerca posible del punto donde se consume. Esto no solo reduce pérdidas de transmisión, sino que también permite interactuar con la red eléctrica, comprando o vendiendo energía, y aprovechando oportunidades para operar con la máxima eficiencia energética.
El Panorama Actual en México
La generación distribuida (GD) en México cerró en 2024 con 4,447.92 MW instalados, un crecimiento del 35 % respecto a 2023, con 106,934 nuevos contratos de interconexión. Más del 99% de esta capacidad proviene de energía solar fotovoltaica, concentrada principalmente en Jalisco, Nuevo León, Chihuahua, Guanajuato y Estado de México.
La reforma energética del 18 de marzo de 2025 introdujo cambios clave:
- Incremento del límite sin permiso de 0.5 MW a 0.7 MW.
- Disolución de la CRE y transferencia de funciones regulatorias a la Comisión Nacional de Energía (CNE).
- Eliminación del esquema de medición neta con “roll-over”, impulsando el autoconsumo y el almacenamiento.
Proyecciones oficiales estiman que la GD alcance 9,179 MW en 2035, equivalente al 12.5 % de la matriz eléctrica nacional, consolidándose como motor de la transición energética. 1
¿Cuándo es clave aplicar la Generación Distribuida?
· Reducir costos de electricidad
Cuando se busca bajar la factura eléctrica a largo plazo, especialmente en hogares, comercios e industrias con alto consumo.
· Aumentar independencia energética
Para depender menos de la red eléctrica y garantizar suministro en zonas con cortes frecuentes o poca cobertura.
· Aprovechar recursos locales
En lugares con alto potencial solar, eólico o de biomasa, donde la generación en sitio es más eficiente.
· Evitar pérdidas por transmisión
Generar energía cerca del punto de consumo reduce pérdidas y mejora la eficiencia.
· Impulsar sostenibilidad
Cuando se quiere disminuir la huella de carbono y cumplir con metas ambientales o corporativas.
· Integrar almacenamiento y movilidad eléctrica
Ideal para quienes quieren usar baterías o vehículos eléctricos como respaldo y optimizar el autoconsumo.
La generación distribuida (GD), especialmente mediante distintas formas de generación, ha crecido de forma constante en México, pero enfrenta desafíos que limitan su expansión.
Principales retos:
· Regulación incompleta – Falta claridad en normativas para almacenamiento, interconexión y nuevas tecnologías, lo que genera incertidumbre para inversionistas.
· Límite de capacidad – El tope de 0.5 MW sin permiso es bajo para grandes consumidores.
· Falta de financiamiento e incentivos – Escasos apoyos económicos y fiscales para hogares y PYMES.
· Infraestructura eléctrica limitada – Red obsoleta y baja cobertura de medidores inteligentes dificultan la operación.
· Problemas técnicos – Riesgos de sobrecargas y variaciones de voltaje por integración no regulada.
· Ausencia de almacenamiento masivo – La intermitencia de renovables reduce estabilidad.
· Desconfianza en zonas rurales – Baja adopción por falta de participación comunitaria.
¿Y si la clave para mejorar el rendimiento de tu planta ya estuviera en tus manos, pero no sabes por dónde empezar? Hablemos de medición
En el ecosistema de la generación distribuida, es fácil enfocarse en los grandes equipos: los generadores, paneles o turbinas son el «músculo» de la operación. Pero el verdadero control y la eficiencia residen en el «cerebro»: la estrategia de medición y control que gestiona todo el proceso. Es aquí donde un socio tecnológico con experiencia industrial se convierte en un aliado indispensable, un consultor que te ayuda a transformar tu proyecto en una operación altamente rentable y segura.
El éxito no se mide solo en la energía que generas, sino en la eficiencia con la que lo haces. Esto solo es posible a través de una estrategia de medición precisa, implementada por un especialista que entiende las complejidades de tu proceso.

Un Vistazo a Nuestra Sala de Calderas: ¿Qué nos cuentan los números?
Imaginemos que estamos parados frente a nuestra caldera, el motor de un sistema de cogeneración. En lugar de verla como una caja negra, hagámonos algunas preguntas simples:
¿Sabemos exactamente cuánto combustible estamos usando para producir nuestro vapor?
La Estrategia: Pensemos en instalar un medidor de flujo dedicado para la línea de gas. No es un proyecto enorme y el objetivo es claro: ponerle un número exacto a nuestro principal consumible. Al tener este dato, podemos correlacionarlo con la energía que producimos y descubrir si estamos quemando de más o dónde podemos ajustar la mezcla para ahorrar dinero.
¿El nivel de agua dentro de la caldera es siempre el correcto?
La Estrategia: A veces confiamos en indicadores visuales o sistemas antiguos. Un paso sencillo es instalar un sensor de nivel moderno y fiable. Esto no solo previene sustos o paros de emergencia por niveles incorrectos, sino que nos da la tranquilidad de que la operación es estable y segura, 24/7.
¿La calidad del vapor que producimos es siempre la misma?
La Estrategia: La energía del vapor depende de su presión y temperatura. Medir estas dos variables de forma precisa a la salida de la caldera nos dice exactamente la calidad de la energía que enviamos a nuestros procesos. Si la presión baja, podemos actuar antes de que afecte la producción.
Pequeños Pasos, Grandes Beneficios
Al implementar estas mediciones, que son como ponerle ojos y tacto a nuestra planta, los resultados empiezan a aparecer casi de inmediato:
- Operación más eficiente: Descubrimos fugas de energía o de recursos que antes eran invisibles.
- Menos «bomberazos»: Pasamos de reaccionar a problemas a anticiparnos. Si un valor empieza a desviarse de lo normal, lo sabemos al instante y podemos revisar qué pasa antes de que se convierta en una falla costosa.
- Decisiones basadas en datos: Dejamos de operar por «intuición» y empezamos a tomar decisiones con números reales que respaldan nuestras acciones.
Lo mejor de todo es que no necesitas ser un experto en instrumentación para empezar. Acercarte a un socio tecnológico es como pedirle a un guía que te muestre el camino; un buen aliado no intentará venderte equipos complejos, sino que se sentará contigo, escuchará tus objetivos y te ayudará a trazar un mapa con los primeros pasos, empezando siempre por lo más simple y de mayor impacto.
A veces, ese primer paso puede ser tan sencillo como consolidar tu información en un registrador que te muestre los datos en gráficas fáciles de entender. Esta es la base para tener el control total de tu proceso y liberar el verdadero potencial de tu sistema. ¿Ves? No tenía que ser tan complicado.
Entonces, ¿cuál es el siguiente paso?
Más que pensar en tecnología, piensa en colaboración. No importa el tamaño de tu operación en México, desde una planta de manufactura hasta un agronegocio, el potencial para optimizar tus recursos ya existe y está esperando ser descubierto.
La invitación está abierta para ti. Acércate a nosotros. Queremos ser el aliado que se sienta a tu lado, escucha tus necesidades y te ayuda a trazar ese mapa hacia una operación más inteligente.






