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Evolución de la seguridad energética en México en las últimas décadas y el camino hacia una transición sustentable

En los últimos 10 años se muestra un incremento en la diversificación que se asocia a dos factores: en primer lugar, al incremento en el consumo de gas, considerado como recurso para la transición energética. En segundo lugar, a una creciente participación de las energías renovables a partir del año 1996.

Por Isabel Rodríguez Peña. Profesora investigadora y miembro del Comité de Energía en la Universidad Anáhuac México

El recorte de la producción de los principales países poseedores de reservas de petróleo reunidos en el grupo de la OPEP en la década de los 70’s fue central para definir los lineamientos para garantizar la seguridad energética (en adelante SE). Entre las principales preocupaciones fue diversificar las fuentes energéticas, diversificación de oferentes y mantener precios accesibles de energía. Es decir, los principales objetivos eran reducir la dependencia de importaciones de la principal fuente de energía ya que esto podría ser un importante factor de inestabilidad para cualquier nación y mucho más para las de mayor desarrollo y en consecuencia de alto consumo energético.

Cada una de esas medidas se materializó en políticas que incentivaban la exploración de nuevas áreas para agregar nuevas reservas de petróleo y otras fuentes fósiles, lo cual estaba acompañado por altos niveles de inversión en cambio tecnológico. Por otra parte, fue un importante detonante para los biocombustibles y la energía nuclear. Es decir, cada una de estas medidas a pesar de su amplitud y profundidad era garantizar el acceso ininterrumpido de energía a precios accesibles.

Al paso del tiempo, los evidentes efectos colaterales que tienen la extracción y el consumo de recursos fósiles para la generación eléctrica y la movilidad del transporte sobre el calentamiento global condujeron a incluir en la visión inicial de SE temas relacionados con la sustentabilidad ambiental, a los cuales se le agregaron temas sobre equidad energética. De esta manera el concepto inicial de SE se complejiza (lo cual no indica que desde sus inicios no fuera complejo) y en algún sentido de se vuelve contradictorio. Las contradicciones a las que me refiero se explicar por la relevancia que aún mantiene el petróleo y por la participación del gas en la generación eléctrica, ambas fuentes de energía primaria central para gran parte de las naciones, las cuales continúan siendo fósiles, no renovables, sin embargo, centrales para garantizar la SE.

En el contexto en donde el petróleo era una de las principales fuentes energética, la SE en México no fue una gran preocupación. Esto en gran medida al descubrimiento del gran campo de Cantarell, el cual, por su abundancia y facilidad de extracción, marco el rumbo de la política energética del país. De esta manera, el petróleo se consagra como principal fuente de energía del país lo que ocasionó indirectamente que no se fomentara, especialmente, la diversificación de fuentes energéticas. Además, derivado de la exportación de crudo en un escenario de altos precios (los cuales incrementaron como efecto de la consolidación de la OPEC y su política de recuperación de precios) se convierte en una fuente de divisas e ingresos fiscales y, en consecuencia, como fuente de desarrollo para el país.

Teniendo en consideración estos dos escenarios, tanto la evolución del propio concepto de SE y las condiciones de sector energético mexicano, es que escrutamos la evolución de la SE y si esta evolución ha consolidado pilares fundamentales para que se garantice la SE y la transición energética.

¿Qué pasó en términos petroleros?

Como se mencionó en párrafos anteriores la gran fortaleza de México en términos de SE fue el descubrimiento del abundante pozo Cantarell, así se refleja en las primeras dos décadas en la gráfica. Sin embargo, factores como la baja reposición de reservas de crudo; la caída de la vida útil de las reservas ocasionada por el agotamiento del campo Cantarell; la mayor importación de derivados del petróleo, especialmente gasolinas, han afectado negativamente la SE en el país. Un elemento que ha mejorado en las últimas tres décadas es la intensidad petrolera respecto al PIB, esto por el lado del petróleo.

Por otra parte, ¿Cómo se materializan los discursos sobre transición energética en México?

En términos de transición energética la estrategia de México se alinea a la discusión prevaleciente en la literatura. La que se refleja en una vasta variedad de trabajos que reconocen que el gas será un actor central en la transición energética, esto debido a sus menores emisiones de CO2 en relación con el carbón y el petróleo en la generación eléctrica y calefacción. Se sugieren que el gas natural podría facilitar la transición energética en la generación eléctrica y en calefacción, a precios accesibles lo cual podría garantizar a su vez la equidad energética y, al mismo tiempo, ser un puente en el uso de energías renovables (solar y eólica) a gran escala. A pesar de las bondades que se pueden obtener del gas, no hay que olvidar que la mayor proporción del gas es importado y de un solo proveedor.

Para abordar el tema de la transición, entre muchos factores había que considerar la evolución del consumo de las distintas fuentes energéticas en la generación eléctrica. En la década de los 80’s y mediados de los 90’S se presentó una baja diversificación, lo cual se explica por la concentración del petróleo en la política la energética y en la oferta energética primaria. Posteriormente se acelera la participación de generación eléctrica mediante termoeléctricas de ciclo combinado y la sustitución de combustóleo y diésel por gas.

El avance en el consumo de gas, considerado como recurso para la transición energética, y la creciente participación de energías renovables desde 1996 son fuentes energéticas de suma relevancia para la transición energética, la cual no ha sido acompañada por una tendencia descendente del carbón y petróleo. En este contexto, es obligado hacernos la pregunta ¿qué tipo de transición se busca?

Esta última pregunta cuestiona la participación del gas en la generación eléctrica como fuente baja en CO2 pero que continúa siendo una fuente fósil. Además, puede tener efectos negativos como mermar la transición en el largo plazo al desincentivar las inversiones en energías renovables no convencionales. A principios del presente siglo el gas ganó el espacio que poseía el combustóleo en la generación eléctrica, esto debido al incremento de la generación eléctrica por ciclo combinado (pública privada). Sin embargo, contina teniendo una magra participación las energías renovables lo cual debería ser central en la agenda energética si es que se busca establecer las bases para la transición.

Por lo tanto, lo que se muestra es un fortalecimiento del gas y en consecuencia la consolidación de un modelo de generación eléctrica mediante fuentes fósiles. Así lo muestra el accenso de consumo de carbón en un escenario en el que se espera la descarbonización del sistema eléctrico. Actualmente, la política energética mexicana tiene que enfrentar retos múltiples, por una parte, atender la dependencia energética, principalmente en incrementar la capacidad de renovar las reservas, reducir las importaciones de gas y ampliar la refinación para contraer o eliminar las importaciones de gasolinas. Sobre si se está logrando una SE con transición, los resultados van a depender de la visión que se utilice de transición. En el caso de México se observa una consolidación de la generación eléctrica mediante fuentes fósiles y, en consecuencia, esto no muestra una estrategia clara para garantizar esta nueva versión la SE, la cual debe estar acompañada de una transición sustentable.

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