El pasado 28 de diciembre de 2020 México fue víctima de un apagón masivo. Independientemente de la causa original, esto demostró que las condiciones de seguridad y confiabilidad que establece el Código de Red no se cumplieron, lo que significa que el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) ha quedado rebasado, porque tiene muchos más usuarios y generadores de energía de los que el Sistema puede soportar para ofrecer el servicio de suministro eléctrico a todo tipo de consumidores.
Actualmente el país enfrenta un importante reto de infraestructura, situación que no es nueva ni para el actual Gobierno Federal ni para los grandes consumidores de energía, ya que es algo que se viene arrastrando desde antes de la Reforma Energética de 2013.
Para conocer un poco más acerca del panorama actual del Sistema Eléctrico Nacional, así como de las consecuencias del apagón que, de acuerdo con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) fue originado por un incendio debido a una falla en las líneas de transmisión que corren de Tamaulipas a Nuevo León, Global Energy entrevistó a Luis Serra Barragán, Director Ejecutivo de la Iniciativa de Energía de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
“Desde antes de 2013 se sabe que el SEN necesita desarrollarse más para poder atender la demanda esperada a futuro, y dado el crecimiento que iba a tener el consumo de electricidad en el país en los siguientes 20 años, se planteó un mecanismo que permitiera financiar los grandes proyectos de infraestructura, tanto desde la perspectiva de generación, como en la transmisión y distribución. Sin embargo, también se sabía que en algún momento los montos requeridos para ello iban a rondar los dos billones de pesos, cantidad que definitivamente el Estado mexicano no podría solventar, y menos bajo unas condiciones cada vez más complejas en términos de finanzas públicas”, explicó Serra Barragán.
Ante este panorama, el especialista agregó que, cuando se permitió la participación de agentes privados en proyectos de generación y transmisión se vieron resultados tangibles y palpables establecidos por medio de varios mecanismos, principalmente las subastas de largo plazo para la generación de electricidad o las licitaciones de proyectos de infraestructura de transmisión para facilitar la incorporación de energías renovables al SEN. Pero en 2018, con la llegada de la actual administración federal encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, se decidió suspender estos mecanismos, lo que ahora está cobrando factura en materia de seguridad energética.
“Lo que nos queda claro con toda esta situación, es que debemos replantearnos el modelo que está operando el actual gobierno para el sector eléctrico porque es el que teníamos antes de la Reforma Energética, donde hay un monopolio verticalmente integrado, que no sólo toma las decisiones de planeación del SEN, sino también las decisiones de despacho, la decisión de quién utilizaba las redes de transmisión y distribución, así como las decisiones sobre cuáles deben ser las tarifas. Lo que vale la pena señalar es que este panorama no sólo genera problemas técnicos de confiabilidad, seguridad y calidad, sino también el incumplimiento de los acuerdos nacionales e internacionales a los cuales se comprometió el país en materia ambiental, precisó el experto en temas energéticos del Tec del Monterrey.
Contribución de la academia para mejorar el SEN
Una de las maneras para mejorar el panorama del SEN es mediante la participación de la academia, al respecto el Tec de Monterrey desarrolló el proyecto denominado “Laboratorio Binacional para la Gestión Inteligente de la Sustentabilidad Energética y la Formación Tecnológica”, el cual permitió congregar un consorcio entre la institución académica, el Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias (INEEL), el Tecnológico Nacional y la CFE para el caso de México, mientras que en Estados Unidos participaron la Universidad Estatal de Arizona y la Universidad de California, en Berkeley.
Este consorcio desplegó varios proyectos en cuatro sectores principales: Formación Académica; Proyectos de investigación Aplicada; Certificación de Competencias y Desarrollo de Infraestructura para la educación; y Formación e investigación.
“Con esta alianza logramos desplegar programas de especialidad en el sector de energía, de la maestría en ingeniería energética, de doctorados asociados a temas de eficiencia y transición energética, en temas de sistemas eléctricos de potencia donde pudimos graduar a más de 150 estudiantes de alta especialidad. También pudimos desplegar un curso masivo y abierto en línea, que sigue disponible en la plataforma https://www.edx.org/es, en la cual pueden buscar los 12 cursos gratuitos del Laboratorio Binacional enfocados a temas de eficiencia energética, mercados de carbono, mercados de energía, mercado eléctrico mayorista, transmisión de alto voltaje en corriente directa y varios más que son relevantes para el Sistema Eléctrico Nacional y a través de los cuales pudimos tener más de 170 mil alumnos, de los cuales, más de 17 mil recibieron su certificado oficial por parte de la plataforma tecnológica”, reveló el directivo.
Asimismo, el programa logró capacitar a más de 10 mil trabajadores de la CFE en cuatro estándares de competencia distintos que tenían que ver con el desarrollo de capacidades para pasar de una empresa estatal a una empresa productiva del Estado; en términos de infraestructura, montó 18 laboratorios, entre físicos y virtuales, que emitían cierta democratización del acceso a la educación en temas de energía, para todo tipo de público, auspiciado por el Fondo Sectorial CONACYT-Secretaría de Energía-Sustentabilidad Energética, que el actual Gobierno también desapareció.
Considerando que el 2021 es un año electoral muy relevante con miras al 2024, Serra Barragán prevé que la narrativa del Gobierno en contra de la iniciativa privada se va a recrudecer, y mientras no se modifiquen las condiciones de reforma, todo se va a ir a tribunales, lo que va a perjudicar la relación con los inversionistas nacionales y extranjeros, situación que va a derivar en un detrimento del servicio, de la calidad, de precio y de las condiciones bajo las cuales los mexicanos recibimos el suministro eléctrico.
“Desgraciadamente el futuro pinta complicado, pero hay que ser optimistas y pensar que eventos como el ocurrido en diciembre con el apagón, pueden ayudar a que el Ejecutivo se dé cuenta que debe llegar a acuerdos, conciliar diferencias y permitir que otros participen en el mercado eléctrico en beneficio de los mexicanos”, concluyó.