La pandemia por COVID-19 y los conflictos internacionales han potenciado los precios y la inestabilidad de los combustibles fósiles usados en diferentes industrias. Además, evidenció el desbalance entre la capacidad de generación de energía con respecto a la demanda, sobre todo, en los periodos en los que el consumo de energía es indispensable. Actualmente, resulta imperativo y necesario abonar a la confiabilidad del Sistema Eléctrico Nacional sobre el suministro eléctrico para garantizar la continuidad de las operaciones.
Aunque persiste la generación de energía con combustibles fósiles, es imprescindible un cambio significativo en la matriz de energía actual, donde la propuesta de transición energética incluya la descarbonización de los procesos mediante el empleo de recursos energéticos no contaminantes, al tiempo que contemple y sume factores como la estructura de un sistema y una política energética sólida.
Para participar activamente en la transición energética del país con sistemas de almacenamiento eléctrico que permitan maximizar los beneficios de las energías renovables y mejorar la calidad de energía, se necesita del fortalecimiento de un sistema multifactorial. Si bien la parte política es esencial, llevar a un plano real los objetivos y metas enmarcados en los diversos programas y discursos oficiales es lo más importante ya que es un hecho que la tecnología y el potencial están presentes.
La energía solar es el recurso energético más abundante de la Tierra. Este tipo de energía proviene de la radiación solar y es un recurso bastante poderoso que puede ser aprovechado en sistemas fotovoltaicos. En este sentido, México es uno de los 5 países más privilegiados a nivel mundial respecto a radiación solar, con una irradiación media anual de 6.36 kWh/m2 por día, haciéndolo idóneo para la transición energética industrial.
De acuerdo con cifras de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), se espera que se mantenga la tendencia de crecimiento de la energía solar distribuida hasta llegar a multiplicarse hasta 30 veces para 2025, ya que el 95% del territorio de México cuenta con condiciones óptimas para la electrificación solar. Incluso, en el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen) 2022-2036 se estima que la capacidad instalada de energía solar aumentará en 48% para 2036, pronosticando el crecimiento de las energías renovables en la matriz energética.
A pesar de que la energía solar tiene grandes ventajas, requiere de aliados para poder generar y potencializar su uso. En este sentido, el almacenamiento de energía eléctrica ha cobrado importancia para asegurar la estabilidad al ser una tecnología de apoyo que optimiza y garantiza la potencia y continuidad del suministro, mejora la calidad de la energía y disminuye el riesgo de congestión en la red eléctrica.
Los sistemas fotovoltaicos y las tecnologías de apoyo como los sistemas de almacenamiento generan electricidad con un menor impacto en el medio ambiente y con un porcentaje de reducción considerable de emisiones de gases de efecto invernadero. Asimismo, suman a la eficiencia de la red eléctrica para una producción de energía más segura, confiable, económica y limpia.
En este sentido, tanto las empresas como los gobiernos pueden contribuir positivamente para hacer una red de transmisión y distribución más robusta desde sus distintas actividades y ejes de acción e impulsar la transición energética para integrar fuentes de bajas o nulas emisiones de gases de efecto invernadero de forma acelerada a las cadenas productivas de las diferentes industrias.
La tendencia hacia la electrificación y la implementación de tecnologías que promueven las energías sostenibles favorecen los nuevos esquemas energéticos en el corto, mediano y largo plazo para ayudar a afrontar los retos energéticos a escala mundial. En México, la generación, uso y almacenamiento de la energía solar es una opción de energía fiable y duradera para el Sistema Eléctrico Nacional, que permite mejorar la integridad y seguridad de la red.
Aidana Velázquez
Gerente de Relaciones Institucionales de Enlight
Aidana cuenta experiencia en el sector energía, a nivel nacional e internacional, con enfoque en el análisis y diseño de políticas y regulación en materia energética, implementadas por instancias de gobierno y por la cooperación internacional en México y Latinoamérica. Colaboró en la Agencia Internacional de Energía en el proceso de adhesión de México. Adicionalmente, contribuyó en la elaboración de regulación actual del sector eléctrico mexicano.
Actualmente, se dedica a promover y gestionar el desarrollo de proyectos fotovoltaicos e integración de sistemas de almacenamiento de energía en comercios e industrias como Gerente de Relaciones Institucionales en Enlight, empresa líder de generación distribuida en México.