Por Marco Cosío, Vicepresidente Smart Infrastructure Siemens México, Centroamérica y el Caribe.
Conforme la población y las ciudades crecen, los retos en la generación de energía, bajo los esquemas centralizados, a través de termoeléctricas, hidroeléctricas, carboeléctricas, entre otros métodos tradicionales, se vuelven más apremiantes ante la necesidad de garantizar la seguridad y suministro de este servicio, sin mencionar los altos costos y el grave impacto que provocan al medio ambiente.
Sin embargo, gracias a los grandes avances tecnológicos y a los métodos alternativos y emergentes de generación de electricidad, alineados a la transición energética de descarbonización y sostenibilidad; los gobiernos, las industrias, las áreas comerciales, los edificios, los municipios y las comunidades, tienen más acceso a la creación de microrredes de generación de energía. Esta arquitectura de generación distribuida permite alcanzar mejores ahorros y mayor resiliencia.
Un esquema de generación distribuida, como lo puede ser una microrred, consiste en crear electricidad mediante muchas pequeñas fuentes de generación que se instalan cerca de los puntos de consumo.
Las microrredes pueden combinar capacidades de energía solar y eólica, entre otras tecnologías, generando electricidad para consumo propio, para incorporarla a la red eléctrica general durante los tiempos óptimos de producción o para almacenarla en sitio a través de baterías y consumirla más tarde. Cada tecnología de generación tiene su propio beneficio único, pero cuando se combinan, requieren de un Sistema de Generación Distribuida (SGD) para orquestar los flujos de energía.
El SGD es la solución capaz de gestionar dicho flujo, desde el almacenamiento a pequeña escala con la opción de interactuar con la red eléctrica (comprar o vender a través de una interconexión a la red eléctrica tradicional) y, en algunos casos, como complemento para alcanzar una mejor eficiencia energética.
Centrémonos en la generación de energía fotovoltaica. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), en México, 85% de nuestro territorio es óptimo para proyectos solares, teniendo el potencial de contar con 30 GW de capacidad solar instalada en el 2030, de la cual 60% correspondería a capacidad de gran escala y 40% a capacidad de generación solar distribuida.
¿Por qué es importante esto?, les muestro. En nuestra planta de productos eléctricos ubicada en Santa Catarina, Nuevo León, implementamos un parque fotovoltaico sobre los 2,457.55 metros cuadrados del estacionamiento, el cual es capaz de generar anualmente 813,804 kWh, permitiéndonos reducir anualmente, la emisión de cerca de 400 toneladas de CO2.
Dichas toneladas de CO2 , equivalen a cargar 52 millones de smartphones, a las emisiones producidas por 16,260 focos LED, a dejar de consumir 182,959 litros de gasolina en vehículos de combustión interna o a la producción de 992 barriles de petróleo, por citar algunos ejemplos.
En Siemens México, somos conscientes de este impacto, es por eso que, en 3 de nuestras fábricas, contamos con proyectos fotovoltaicos, que a su vez son parte de una red de generación distribuida de energía. Este ejemplo debe de permear en otros sectores, los costos de la tecnología fotovoltaica ya no son los mismos que hace algunos años, de hecho, se han reducido casi 85% en la última década, por lo que la generación solar puede permitir tanto a las industrias como a los usuarios domésticos reducir significativamente sus costos de electricidad, mientras que elevan la eficiencia.
Como líderes globales en generación de energía, ofrecemos una de las carteras más amplias de activos de generación en el mercado, incluidas turbinas de gas, calor y electricidad combinados (CHP), así como energías renovables. Con nuestra amplia experiencia en el desarrollo de dichas soluciones, se pueden lograr niveles de eficiencia de combustible de hasta el 90%, gracias a la utilización del calor. Además, es posible ahorrar hasta un 30% en los costos energéticos, al tiempo que se garantiza una alta seguridad de suministro y protección del medio ambiente.
Las soluciones renovables también ofrecen una fiabilidad robusta, además de contar con un componente cada vez más importante, la sostenibilidad. De esta forma, se pueden configurar nuevas redes de suministro energético, que permiten integrar activos ya existentes a una solución completa, según la necesidad específica.
La sustentabilidad es un imperativo comercial y social, no hay tiempo que perder hacia la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. La transmisión, uso y gestión de la energía deben de ser punta de lanza en el camino hacia dicho objetivo.