En el camino hacia un futuro energético más responsable, los edificios juegan un papel crucial. Representan una parte significativa del consumo energético global, y mejorar su eficiencia no solo reduce costos, sino también emisiones. Para lograrlo, es fundamental vigilar factores clave como los sistemas HVAC, la iluminación, los electrodomésticos y, sobre todo, la gestión inteligente de datos. Schneider Electric destaca que la eficiencia no es solo una meta, sino una estrategia integral que comienza con el control y la automatización.
Los sistemas HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado) consumen entre el 35 y 40% de la energía en edificios, según datos de la Comisión Europea. Su optimización es esencial: deben adaptarse al tipo de actividad del edificio, mantener temperaturas estables y evitar ciclos de encendido y apagado que disparan el consumo. Además, el mantenimiento regular y el cumplimiento de normativas como la UNE-EN 13403:2003 garantizan un funcionamiento eficiente y seguro.
La iluminación también representa una oportunidad clara de ahorro. Aprovechar la luz natural mediante sensores y sistemas de control automatizado permite reducir el uso de luz artificial, generando ahorros de hasta un 15%. La elección de bombillas con alta calificación energética y su mantenimiento periódico son prácticas sencillas pero efectivas para mejorar el rendimiento energético sin comprometer el confort.
Finalmente, la clave para tomar decisiones acertadas está en los datos. Sin información en tiempo real, es imposible saber dónde se está perdiendo eficiencia. Un sistema inteligente de gestión de edificios permite monitorear HVAC, iluminación, fuentes renovables y más, facilitando acciones correctivas basadas en evidencia. Así, la eficiencia energética deja de ser una aspiración y se convierte en una realidad medible y alcanzable.






